
Este nuevo postgrado se centra en dominar la voz y ganar expresividad frente al público
El aprendizaje y dominio de la voz resulta imprescindible para los futuros profesionales de la comunicación. El dominio de la voz implica ganar expresividad y, por tanto, lograr que los mensajes transmitidos en los medios resulten más amenos y atractivos para la audiencia. Además, se trata de un aspecto formativo tradicionalmente olvidado, pero imprescindible para el trabajo en los medios audiovisuales. De esta manera surgen cursos como el postgrado de Locución en Radio y Tv de IDEC-Universitat Pompeu Fabra que persigue lograr una adecuada técnica vocal para la mejora del rendimiento y la expresividad de la voz y conocer y adquirir destreza en el manejo de la prosodia: entonación, acento y ritmo, entre otros objetivos. Se dirige a titulados en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas, profesionales de la radio y la televisión y licenciados en cualquier especialidad con interés en la locución.
También en Barcelona hay cursos que utilizan el coaching para aprender a hablar en público. El programa Speak Coach & Personal Branding, que pretende optimizar cada una de nuestras presentaciones para ir trazando una marca personal que nos defina y diferencie. Un valor al alza en un mercado laboral altamente competitivo. La duración del curso es de 16 horas en dos días de curso. Dirigido a ejecutivos, empresarios, jefes de personal, coaches, escritores, abogados, psicólogos, terapeutas, médicos y otros profesionales que necesiten reforzar sus habilidades en comunicación. Próxima convocatoria: 28 y 29 junio en Barcelona.
Las voces que nos representan
Emma Rodero, vicerrectora d'Estudiantes de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), indica que nuestros políticos no dominan la voz. "Tendríamos que tomar nota de los políticos americanos. Un buen ejemplo sería Barack Obama. Uno de los peores en nuestro país es Cristóbal Montoro".
Pedro Palao Pons, responsable del curso de Speak Coach & Personal Branding de TISOC Coaching, coincide con la vicerrectora. "La gran mayoría -pese a que lo saben- persisten en sus errores sin parecer tener ánimo de corrección. Aunque muchas veces el problema no está en la voz, sino en el tono de expresión (suele haber excesos de monotonía) y en la manera de lanzar el mensaje, con independencia del contenido que tenga". Añade que "es evidente que no son actores y muchas veces (especialmente en campaña) se nota que fuerzan la sonrisa, el saludo, la forma de caminar, etc".
Las características que son necesarias para aprender a dominar la voz y así persuadir a la audiencia son según Emma Rodero las siguientes: "Aprender a dominar la voz es un trabajo intenso que consta de dos fases: entrenamiento en técnica vocal (para evitar patologías vocales) y dominio de la prosodia (para dotar de la expresividad necesaria al mensaje). Por tanto, es una mezcla de técnica más expresividad".
Por otro lado, Palao Pons, indica que la clave no está en la voz sino en uno mismo. La clave es establecer una vinculación emocional con lo que vas a decir, por nefasto que sea. Mantener la sinceridad, argumentar con naturalidad el motivo de una decisión, pero no escudarse en vaguedades. Eso hará que la voz salga fluida".
Nuestros políticos suspenden en oratoria
Emma Rodero, directora del Máster de Locución de iDEC- UPF, analiza sus discursos
"Sus pausas suelen ser perceptibles y estratégicas con lo que ayuda a comprender mejor lo que está diciendo. Se observan problemas de pronunciación. Suele comerse fonemas al hablar, no pronuncia correctamente todos y cada uno de los sonidos del enunciado. Pero lo que es más evidente es que no articula correctamente la 's', lo que produce un sonido silbante en el timbre de su voz".
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno
"Acaba las frases casi siempre igual, lo cual no favorece la comprensión del sentido. A pesar de ello, suena categórico porque marca mucho las palabras. Habla a una velocidad media produciendo pausas poco estratégicas, lo cual no ayuda a diferenciar lo importante. Tiene un tono de voz grave que no varía demasiado, lo que produce sensación de seriedad y monotonía".
Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida
"Tiene una voz rugosa, que sería calificada de fumador y a la que le falta armonía. Emplea una intensidad normal que aumenta según el tono del discurso. Se nota que no respira bien, tanto en sus inspiraciones audibles como en que no llega al final de las frases con suficiencia de aire. Sobreacentúa algunas palabras dos veces como medio de enfatizarlas, lo que suena poco natural".
Cándido Méndez, secretario general de UGT
"Posee una voz limpia, bastante clara, aunque le falta armonicidad y resonancia. Emplea con frecuencia un tipo de entonación circunfleja para llamar la atención sobre determinados aspectos del contenido, en forma de frase exclamativa, y esto le hace parecer menos seguro. No se observan problemas importantes de pronunciación y tiene una articulación clara".
Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE
"Modifica la entonación según lo que está diciendo, con lo que lo dota de mayor sentido y facilita la comprensión. Habla a una velocidad variada en función de lo que está diciendo. Realiza pausas estratégicas. Tiene una voz clara y resonante, bastante armónica. En ocasiones mantiene mucho tiempo la mirada, lo que puede manifestar agresividad hacia sus interlocutores."
Rosa Díez, líder de UPyD
"Resulta ciertamente monótono hablando por el tipo de entonación que emplea. Realiza pocas pausas y no con un propósito comunicativo. Enfatiza pocas palabras importantes, por lo que es difícil saber qué es lo importante. Emplea una intensidad media, por lo que transmite tranquilidad. Habla a una velocidad pausada. No se observan problemas importantes de pronunciación".
Ignacio Fernández, secretario general de CCOO