
Desde los años 70, la educación española está marcada por la contestación sistematica de todas las reformas e iniciativas.
En España existe una tradición de cambio permanente de normas educativas, especialmente las referidas a la educación secundaria. Manifestaciones, huelgas generales, paros educativos, lucha de derechos, etc. Todos los ministros han sufrido las inconformidades del "pueblo" pero, ¿cuál ha sido el más polémico?
El Ministerio de Educación y Ciencia de España, durante los gobiernos de Adolfo Suárez (desde 1976 hasta 1979) y durante los dos primeros años de la I legislatura (desde 1979 hasta 1981) vivió una etapa donde las cosas estaban relativamente tranquilas si las comparamos con momentos actuales. Es a partir de José Manuel Otero Novas cuando empieza a haber reacciones a ciertas políticas. Puso en funcionamiento 930.000 nuevos puestos escolares públicos en el sector no universitario (un puesto nuevo por cada cinco preexistentes). Promovió y obtuvo la aprobación del Estatuto de Centros Escolares (LOECE) que por establecer el derecho de los centros a tener carácter propio o ideario, libremente y sin más limitación que el respeto a los principios constitucionales, tuvo una fuerte contestación de la izquierda política; fue recurrido ante el Tribunal Constitucional, que sentenció que ello es imprescindible para asegurar el derecho constitucional a elegir tipo de educación.
En 1988 el presidente del Gobierno en ese momento, Felipe Gonzalez, encargó a su ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, la reforma educativa 'no universitaria' de la entonces llamada Ley de Ordenación de la Educación (LODE). Un proyecto muy contestado por los políticos de la oposición, los padres, los profesores y los alumnos, dando lugar a disturbios estudiantiles, en los que incluso una niña resultó herida de bala por disparos de la policía durante una violenta manifestación en el centro de Madrid. Ejemplos de manifestaciones multitudinarias fueron la de Barcelona, donde alrededor de 8.000 personas expresaron su rechazo a la LODE, y en Madrid, en la que los manifestantes corearon consignas: "Maravall, dimite, y llévate a Felipe", "Maravall, payaso, la LODE es un fracaso", y "Maravall, no nos lodas". Ambas contaron con el apoyo de asociaciones católicas.
El Cojo Manteca fue un personaje elevado al rango de icono mediático de finales de esta época a raíz de las fotografías y videos que le mostraban destrozando mobiliario urbano en una manifestación estudiantil en enero de 1987.
La huelga de 1987 tuvo un gran seguimiento. Fue un paro en la enseñanza media de los centros públicos que duró casi dos meses. Se pedía una mejora salarial y de pensiones de los profesores. Los estudiantes salían a la calle por la subida de las tasas universitarias y porque querían que desapareciera la selectividad. Una situación parecida a la de ahora, donde los universitarios (que se manifiestan cada semana) piden una reducción de tasas y la derogación de la LOMCE.
Como consecuencia de la presión popular y política contra esta ley, Maravall dimitió al año siguiente y fue Javier Solana quien se encargó de desarrollar la LOGSE, pese a la negativa del profesorado de Secundaria que protestó en las calles y realizó encierros en los institutos.
Las huelgas en 1990 fueron convocadas por el Sindicato de Estudiantes los días 22 de marzo y 26 de abril y tuvieron una incidencia del 95 por ciento en centros de secundaria en comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria, Cataluña, Valencia, La Rioja, Andalucía y Madrid.
En 1998, una encuesta patrocinada por el sindicato socialista UGT mostraba un descontento mayoritario hacia la reforma educativa. La polémica sobre la LOGSE no ha disminuido desde el mismo momento que la reforma empezó aplicarse. Tanto, que incluso sus propios impulsores llegaron a reconocer algunos fallos. Manifestaciones de entre 7.000 y 8.000 personas que tuvieron lugar en Madrid cada tres meses. En ellas había muchas religiosas, numerosos matrimonios de edad madura y escasos estudiantes, según los medios de la época. Las actuaciones del profesorado de secundaria se concretaron en diversas medidas como la proliferación de sindicatos de enseñanza secundaria, algo nuevo en el panorama sindical español, la publicación de manifiestos, cartas, artículos de prensa e, incluso, abundantes libros sobre lo que estaba pasando en las aulas de la ESO.
Organizaciones como CEAPA se mostraron muy críticas con la LOPEG y, en especial, con la LOCE, porque creían que pretendía instituir una escuela selectiva, no comprensiva, y que iba a generar mayores desigualdades sociales.
La mayoría absoluta del PP en 2000 cambió los planteamientos de la política educativa. El relevo de Esperanza Aguirre al frente del Ministerio de Educación por Mariano Rajoy en 1999 significó un parón en las propuestas para reformar el segundo ciclo.
El 1 de diciembre de 2011 tuvo lugar una marcha contra la LOU en Madrid, que congregó a miles de personas de diferentes comunidades -unas 350.000 según los organizadores, y 50.000 según la Delegación del Gobierno en Madrid-, y a la que se sumaron rectores, profesores, personal administrativo y dirigentes políticos. "Ni LOU ni Ley de Calidad. Por una huelga general de toda la enseñanza" y "Ni reválida ni LOU ni Selectividad. Ministra vete ya", fueron los lemas que se veían en las pancartas. El 28 de noviembre de ese mismo año hubo otra huelga que fue secundada por un 80 por ciento de los estudiantes de enseñanzas medias según los convocantes -sindicatos y oposición- y un 35 por ciento, según el Gobierno. Ha sido, posiblemente, la mayor protesta en contra de la política del Partido Popular desde que llegó al poder en mayo de 1996. Tras los sindicatos y estudiantes, el líder de la oposición socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, algo que nunca más se ha visto, el secretario general del PSOE no ha vuelto a liderar una marcha de estas características.
Ante las movilizaciones, Pilar del Castillo, ministra en 2002, afirmaba que "hay mucho ruido y pocas nueces en la oposición real a la norma. Es relativamente fácil movilizar al entorno de la enseñanza, porque parar un día de clase en un instituto no tiene unas consecuencias graves".
Jesús Ramón Copa, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT entonces, afirmaba que "lo único en que coinciden Gobierno y oposición es en que hace falta un gran pacto de Estado sobre Educación, al margen de vaivenes políticos y más allá de quien mande. La comunidad educativa asiente, pero PP y PSOE siguen como quien oye llover".
La legalidad de la reforma fue cuestionada ante la Justicia.
El 29 de octubre de 2002, CCOO, FETE-UGT, CIGA, STES y CGT, el Sindicato de Estudiantes, CANAE y FAEST convocan concentraciones. La más secundada, la de Madrid, con más de 40.000 personas según los convocantes y 15.000 según la policía.
En cuanto a la LOE del ministro Gabilondo, multitudinarias marchas contra la reforma recorrieron en varias ocasiones las calles de Madrid arropadas por los obispos y el PP. Organizaciones estudiantiles y sindicales tampoco estaban de acuerdo con esta norma, pero no se manifestaban por no ir de la mano con la derecha española.
El Pacto Social y Político propuesto por Ángel Gabilondo no salió adelante por el rechazo del PP ante varios temas: autoridad del profesorado, la enseñanza del castellano y la libertad de elección del centro escolar.
El actual ministro de educación José Ignacio Wert, enamorado de su capacidad dialéctica, posee un gran vicio por crear polémica y discusión permanente. En apenas un año de legislatura, ya se han sucedido más de 100 marchas contra sus propuestas normativas y comentarios. Hasta los sindicatos de la enseñanza abandonaron el Pleno del Consejo Escolar del Estado, hace unas semanas, pidiendo al Gobierno que rectifique, algo que nunca había ocurrido.