
Madrid, 16 oct (EFE).- El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, pidió hoy a las autoridades, especialmente a las europeas, una "hoja de ruta" que dé respuestas coordinadas y "no genere confusión ni problemas en los mercados", al tiempo que subrayó que las entidades españolas no necesitan que el Gobierno tome participaciones.
En su discurso de inauguración de la I Conferencia de Banca Internacional del grupo español, Botín demandó también a las autoridades que, además de atender la liquidez, fomenten la transparencia y refuercen la supervisión porque las soluciones "técnicas" no han sido suficientes para devolver la confianza a los mercados.
En su opinión, las medidas acordadas el pasado fin de semana en la reunión del Eurogrupo, "inspiradas" en el Plan del Reino Unido, "apuntan" en esa dirección.
Así, en relación a las medidas aprobadas en concreto por el Gobierno español de apoyo al sistema financiero, Botín confió en que "no pierdan de vista" la necesidad de mantener un adecuado equilibrio competitivo entre las entidades.
"Es esencial que las medidas que se puedan adoptar no afecten al funcionamiento del mercado y se mantenga el estímulo a la buena gestión", subrayó.
Para el presidente del Santander, el origen de la crisis financiera internacional no está sólo en el mercado americano ni se ciñe exclusivamente a las hipotecas "subprime"; estos factores simplemente "activaron" las turbulencias.
El problema, advierte, han sido "los excesos" y la "pérdida de referentes" en un entorno extraordinariamente favorable, que son, a su juicio, la necesidad de conocer muy bien a los clientes y los productos que se intermedian, la prudencia para no aceptar niveles de endeudamiento desproporcionados, la valoración adecuada de todos los riesgos y la existencia de ciclos económicos y financieros.
Las soluciones a la crisis, según Botín, pasan por dejar "claras" las reglas a seguir y por evitar generar "riesgo moral", es decir, no transmitir el mensaje de que se puede actuar sin responsabilidad sobre los errores que se cometen.
Así, insistió en que es "fundamental" que el mercado disponga de la máxima transparencia en relación al perfil de riesgos de los integrantes del sistema, porque la magnitud de la crisis ha estado relacionada con la incertidumbre sobre "quiénes y en qué medida" se han visto afectados por ella.
Junto a la transparencia, adquieren especial relevancia los mecanismo de control y supervisión, destacó, de manera que los supervisores conozcan "profundamente" las entidades que supervisan, dicten reglas claras y tengan muy en cuenta que los ciclos económicos y financieros existen y hay que estar preparados.
Según Botín, el mecanismo de supervisión debe, además, buscar el equilibrio entre solvencia y protección de los consumidores, sin supeditar una a la otra.
Asimismo, insistió en la necesidad "imprescindible" de que en Europa haya una mayor coordinación entre supervisores.
En este sentido, subrayó que el Banco de España ha desempeñado un papel "ejemplar", como así ha sido "internacionalmente reconocido".
En cuanto a las recomendaciones para entidades, Botín insistió en que deben dedicar "tiempo y atención al más alto nivel" a gestionar con prudencia el riesgo, un campo en el que no es necesario "innovar mucho".
La función de riesgos debe ser "independiente" del negocio, consideró, y en ella se tienen que implicar la más alta dirección del banco, es decir, que el Consejo "conozca y entienda" el sistema financiero y el negocio en sí.
Por eso, Botín insistió en la necesidad de contar con un "fuerte" Gobierno Corporativo dentro de las entidades.