Banca y finanzas

El informe final sobre el BES critica la actuación del Banco de Portugal

Lisboa, 29 abr (EFE).- El informe final de la comisión que investigó la caída del Banco Espírito Santo (BES), arrastrado por los problemas del conglomerado al que pertenecía, señala que una actitud más firme del Banco de Portugal (BdP) podría haber reducido el impacto que tuvo el caso.

El documento, que fue aprobado hoy por la comisión, es más duro con la actuación del regulador luso que la versión preliminar presentada hace dos semanas y refuerza la responsabilidad atribuida al BdP por no ser capaz de detectar más pronto las señales de alarma.

El informe recoge que parece "claro" que "una actitud tal vez más categórica del Banco de Portugal (...) podría haber conducido a una anticipación y eventual disminución de los impactos derivados de la situación vivida en el GES y el BES (BES.LI) así como del modo en que ésta se desarrolló, particularmente a lo largo de 2014".

Además de las críticas que ya aparecían en la versión preliminar y que acusaban al BdP de haber sido "excesivamente prudente" en relación al BES, el informe final detalla nuevos fallos concretos de la intervención del supervisor.

Censura el proceso de "blindaje" llevado a cabo por la entidad para separar las ramas financiera y no financiera del grupo, por considerar que dificultó la supervisión del mismo.

El documento recuerda que no es la primera vez que el supervisor bancario falla en la detección y menciona los casos del Banco Portugués de Negocios (BPN, nacionalizado en 2008 por riesgo de quiebra) y del Banco Privado Portugués (BPP, pequeña entidad extinta en 2010 por falsificación de cuentas y blanqueo de capitales).

Además, el informe incide en la demora del BdP para compartir con las otras entidades reguladoras información "relevante" que conocía sobre el caso, principalmente la que hacía referencia a la manipulación de las cuentas del grupo.

El pasado mayo, una auditoría detectó irregularidades contables en una de las sociedades situadas en la cúspide del Grupo Espírito Santo (GES), que incluía diferentes actividades de negocio, desde seguros a agricultura y turismo, pasando por el sector financiero.

La versión final del informe mantiene que el antiguo presidente del BES y líder de uno de los clanes de la familia Espírito Santo, Ricardo Salgado, de manera "probable", manipuló intencionadamente las cuentas del grupo desde 2008 para ocultar los problemas financieros que estaba sufriendo.

"Nosotros quitaríamos la palabra probable", dijo el coordinador del gobernante Partido Social Demócrata (PSD) en la comisión, Carlos Abreu Amorim, quien consideró que la culpa de Salgado en el caso quedó probada.

Los conflictos de intereses surgidos en el seno de un "grupo familiar con gestión centralizada y frágil", según el texto, terminaron por afectar al conglomerado, que utilizó a varias de sus empresas, incluido el BES, para conceder créditos a las sociedades que tenían problemas, a pesar del elevado riesgo de impago.

La parte final del informe incluye un apartado con setenta recomendaciones, entre las que se insta a buscar un consenso europeo para poner restricciones al funcionamiento de conglomerados mixtos, "por el potencial conflicto de intereses, tensión y presiones internas que representa y puede generar".

También apuntan a que debe valorarse si es necesario cambiar los mecanismos de control y designar una única entidad supervisora, en lugar de las tres que existen en la actualidad.

Los resultados de medio centenar de interrogatorios y unas 250 horas de audiencias fueron condensados en el informe presentado hoy en la Asamblea de la República, que trata de esclarecer las claves del derrumbe del mayor emporio empresarial de Portugal.

El informe, que añadió a la versión preliminar unas 100 aportaciones de los grupos parlamentarios, recibió el apoyo de los diputados del PSD, del Partido Socialista y de los democristianos del CDS, mientras que el marxista Bloque de Izquierda (BE por sus siglas en portugués) se abstuvo y los comunistas votaron en contra.

El diputado encargado de redactar el documento, el socialdemócrata Pedro Saraiva (PSD, centro derecha), se mostró satisfecho con los cambios realizados a la versión preliminar y ensalzó el "espíritu constructivo" de los diputados, a los que agradeció haber trabajado en conjunto.

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