Los peritos del Banco de España han admitido la posibilidad de un error en los análisis que realizaron de las dietas y remuneraciones cobradas de forma presuntamente ilícita por la cúpula de Bankia en 2011, el año de su salida a bolsa.
En sus informes aseguraban, en concreto, que BFA-Bankia habría destinado ese año a retribuciones cobradas indebidamente un total de 4,32 millones. En sus escritos decían que había ejecutivos que habían cobrado a la vez sueldos y dietas y consejeros que habrían recibido, además de las dietas, compensaciones de representación por asistir a consejos de sociedades del grupo, saltándose la Ley de Cajas.
En su declaración hoy en la Audiencia, sin embargo, han admitido ante las preguntas de los abogados de BFA que podrían haberse equivocado al contabilizar abonos por duplicado, lo que significa que es posible que no hubiera ningún pago indebido.
Los peritos acusaron a Bankia, por otro lado, de ocultarles información sobre grandes créditos al sector de la construcción y su posible situación de mora. En la segunda jornada de su declaración en la Audiencia ante el juez Fernando Andreu, los inspectores Antonio Busquets y Víctor Sánchez explicaron que el actual presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, pasó de normal a subestandar créditos por 13.244 millones cuando en realidad debían ser catalogados como morosos.
Ante las preguntas del abogado del Frob de por qué no existía un desglose de dichos créditos, los inspectores respondieron que Bankia no quiso facilitarles dicha información, algo que la entidad niega de forma tajante. Los peritos recibieron toda la información que solicitaron, que fue ingente, aseguró Bankia, que admitió no obstante que no pudo señalar en el inventario las debilidades que motivaron la reclasificación de cada riesgo y/o incremento de la provisión debido a que no hay una motivación individual, sino una política general de reclasificación de determinadas carteras de créditos.
El lunes, los peritos habían acusado ya al banco de haber ocultado también información sobre los inversores institucionales, lo que, según dijeron provoco dificultades a la hora de investigar si había firmas que estaban comprando acciones después de haber recibido información de la entidad. El Frob cuestiona la validez del informe, asegurando que existe un desfase entre las necesidades de ajuste en Bankia declaradas en cada uno de los informes de los dos peritos.