Banca y finanzas

Blesa vetaba a 'elEconomista' mientras hacía sus desmanes en Caja Madrid

Miguel Blesa. Foto: Archivo

El escándalo de las tarjetas vuelve a poner en evidencia el espurio uso de Caja Madrid y sus recursos efectuado por Miguel Blesa para financiar caprichos y pagar favores que le perpetuase en su atalaya, donde ejecutó una reprobable gestión que elEconomista comenzó a denunciar hace ocho años en solitario.

Los extractos de las Visas Black revelan los fastos con que se agasajaba y regalaba a conocidos y amigos, con cargos tan sorprendentes como 12.000 euros en una tienda de vinos y cava ó 2.000 euros en joyerías, además de ser asiduo a restaurantes de superlujo y tiendas de marcas caras. Blesa gastó 436.700 euros de los 15,5 millones dilapidados por los 86 consejeros y directivos a los que otorgó tarjetas para garantizarse sus apoyos.

El exfinanciero, que disfrutaba de un sueldo de 3,5 millones, vivió su época al frente de Caja Madrid a todo tren y sufragando parte de sus costosos antojos con cargo a la entidad, aún cuando este periódico alertó pronto de los manejos.

Sus desmedidas ambiciones le llevaron a cerrar transacciones en contra de los intereses de la caja, poner en riesgo el ahorro de sus clientes y maniobrar para, incluso, interferir en la regulación del sector para evitar su desalojo de la presidencia. En un temprano 2006, elEconomista delató operaciones de calado como fue ceder el control de Realia en manos de FCC sin amarrar una contraprestación económica para Caja Madrid, al tiempo que se buscaba un puesto en el consejo de Koplowitz B-1988, aunque tuviese que vulnerar el código de conducta de la caja para ocuparlo.

Las denuncias no frenaron su tren de vida ni manejos e, incluso, decretó el veto a este periódico, cercenando el acceso a reuniones informativas, en un intento de silenciar la denuncia de sus artimañas. El escándalo judicial estalla a finales de 2012 por haber otorgado 26,6 millones de euros en crédito a Gerardo Díaz Ferrán, sin suficientes garantías y a espaldas del sistema de control de riesgos de la entidad financiera, y hasta del consejo de administración. El juez Elpidio José Silva ampliará después el objeto de la causa a la compra del estadounidense City National Bank, ruinosa desde el principio y por unos costes inversores considerados excesivos hasta por el Banco de España.

El magistrado encuentra indicios de que podría haber blanqueado dinero en la transacción, cuya investigación es otra más, ya que la Audiencia Nacional analiza potenciales delitos en la comercialización de las participaciones preferentes. Blesa, orlado en ese momento con una aparente aura de aceptable gestor financiero, manejaba y decidía a su antojo, y sin respetar reglas de puertas adentro.

Los correos corporativos conocidos por la investigación judicial sacan a la luz pública que mientras forzaba la colocación de hasta 3.000 millones de euros en las polémicas preferentes que han volatilizado parte de los ahorros de sus clientes para reforzar la solvencia de la caja, o maniobraba en un intento de interferir en la ley de cajas para perpetuarse en el cargo, cargaba contra su tarjeta opaca sus caprichos.

Los emails sacan a luz fotos y datos sobre sus exóticas cacerías en Zambia o Namibia. En 2008 viaja a Sudáfrica -9.000 euros fueron supuestamente con cargo a la visa- y disfruta de su afición a la fotografía en Cuba. Poco despues, la crisis comienza a hacer mella en España, pero no corta su tren de vida.

Según la documentación conocida, disfrutó en el verano de 2009 de varios días en un crucero por Turquía, junto a cerca de una docena de amigos en un lujoso yate, cuyos costes pudo sufragar en parte por una entidad ya con apuros.

Fue precisamente en 2009 cuando fuerza la máquina para colocar preferentes y reforzar una solvencia de Caja Madrid debilitada, a sabiendas de que su comercialización no era correcta como delata en sus correos. Las operaciones que le llevan a los tribunales, imputado por supuestos delitos de blanqueo y apropiación indebida, son el crédito de 26 millones que otorgó a Gerardo Díaz Ferrán saltándose todos los controles y la compra del banco de Florida, que ha generado 495 millones de pérdidas a Bankia, por el capricho de fijar un bastión en EEUU.

Pero sus manejos, denunciados desde estas páginas, incluyen préstamos autoconcedidos, favores a múltiples bandas y otras operaciones de dudoso interés para la caja.

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