Banca y finanzas

Pequeños accionistas españoles del BES se unen para presentar demandas

  • Crean una plataforma para intentar recuperar unos 15 millones de euros perdidos
Foto: Archivo

Los pequeños accionistas españoles del BES, que perderán previsiblemente toda su inversión, se están agrupando en los últimos días en una plataforma para estudiar distintas demandas con el objetivo de recuperar el dinero.

En tan sólo cinco jornadas, esta organización ha agrupado ya a unos 140 afectados, que cuentan en su poder con 10 millones de títulos, según uno de sus portavoces. De esta manera, se estima que los ahorros de este colectivo oscilan entre los 10 millones y los 15 millones de euros.

La plataforma, a pesar de su corta existencia, ha cosechado el interés también de pequeños ahorradores extranjeros, de Alemania, Suiza, Inglaterra y Venezuela.

Los impulsores de esta idea quieren conseguir el mayor número de adeptos para ganar fuerzas con vistas a una demanda judicial. Todavía no cuentan con una representación legal, pero algunos despachos se han acercado para un posible asesoramiento.

Una vez se reúnan a todos los afectados, a finales de este mes de agosto o septiembre, la plataforma tomará una decisión definitiva sobre el procedimiento habitual de manera consensuada, que se prevé para el próximo mes.

Vías de actuación

Por ahora, dos son las posibilidades con las que cuentan. Por un lado, podrían acudir a los tribunales por su cuenta o adherirse a las plataformas que se están formando en Portugal.

La demanda, en principio, podría presentarse contra el regulador bursátil (CMVM), contra el Banco de Portugal, contra el propio BES y contra los exgestores, liderados por la familia Espírito Santo.

El portavoz de esta agrupación considera que hasta la caída los reguladores habían defendido la solvencia del banco portugués y que en las sesiones previas al rescate podría haber habido información privilegiada. Explica también que en pleno hundimiento algunos inversores pudieron huir del valor vendiendo sus acciones.

BES necesita unas ayudas de 4.900 millones (3.900 millones procedentes de la troika). El proyecto de salvamento establece que el banco se dividirá en dos. Por un lado se creará Novo Banco, en el que se inyectarán las ayudas y en el que se aglutinarán los activos bancarios y más saneados. Por el otro se mantendrá BES con los activos más dañados y en el que se quedarán atrapados los accionistas de la entidad lusa, que sufrirán las pérdidas. Los inversores de obligaciones subordinadas también se verán afectados, ya que asumirán del mismo modo la factura del agujero.

La plataforma española sigue los pasos a otras, como las surgidas en España en los casos de Bankia o de las cajas de ahorros. En Portugal se están formando otras para defender los intereses de los particulares. La más numerosa concentra ya a casi 2.000 ahorradores.

Una de las primeras medidas que está adoptando esta última es la recogida de firmas para reclamar una indemnización ante el Parlamento. La compensación, a priori, iría dirigida exclusivamente para los particulares que hubieran acudido a la ampliación de capital del BES del pasado mayo, por la que captó 1.000 millones. En nuestro país, el Gobierno articuló los arbitrajes de las preferentes en las nacionalizadas para que los pequeños ahorradores recuperarán su inversión.

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