
El camino del buen ahorrador está salpicado de muchos obstáculos, casi todos en forma de tentación. En Fintonic queremos que tenga sus finanzas siempre saneadas y a punto: que se despreocupe de ellas. Pero sabemos que no es sencillo 'inmunizarse' ante esos caprichos que pueden acabar descuadrando el mes.
Los gastos que pueden desviarle del objetivo de ahorro no tienen por qué ser extravagantes; quizá sean los pequeños despilfarros los que están lastrando su economía.
Queremos ayudarle a identificar esas posibles malas costumbres para que las deje atrás lo antes posible. Puede que se sorprenda de lo que ahorrará si prescinde de algunos gastos que quizá ni note que tiene. Y para posibles dudas, no dude en usar su calculadora para ver cuánto suponen dichos gastos al año.
Aquí tiene seis errores que están impidiéndole tener sus cuentas 'a tope' en el día a día:
1. Toma siempre el café fuera, nunca en casa
Esa cafetería que está de camino a su trabajo es parada obligatoria para usted antes de empezar la jornada. Paga muy a gusto esos 1,80 euros (aproximadamente) por la taza de papel que puede ir sosteniendo orgulloso mientras llega a la oficina, ¿verdad? Es todo tan de película...
Si su semana laboral tiene cinco días, estamos hablando de cinco cafés mañaneros -aunque sabemos que probablemente tome usted más- que suponen 9 euros a la semana. La cuenta es sencilla: al mes, está gastando 36 euros en un café que ni siquiera es premium, aunque sí va en un envase muy bien diseñado (eso se lo reconocemos). Al año, 432 euros como mínimo. ¿A que es para pensárselo?
¿Sabe cuántas tazas sacaría de un kilo de café con una cafetera normal y corriente, casera? La media está entre 80 y 90 tazas por kilo, calculando en 'cafés solos'. Si tomamos como referencia un gasto medio de cuatro o cinco euros el kilo de café y nos tomamos entre 10 y 15 tazas a la semana, éstas nos costarán unos 10 céntimos de euro cada una. Está claro que la posibilidad de comprarse un buen termo es una gran iniciativa, ¿verdad?
Hemos puesto este ejemplo con café, pero también vale para esa cerveza después de trabajar o esas gominolas que nos compramos 'de premio' todos los miércoles. Si hace números con esos pequeños gastos fijos a los que no solía dar importancia, quizá se sorprenda con esas 'mini-fugas' de capital.
Tampoco hay que fustigarse por tomarse algo un día, pero sea prudente con la periodicidad y no haga que sea una costumbre.
2. Se ha olvidado de la tarjeta de crédito
El pago con tarjeta puede ayudarle a controlar mejor lo que gasta y dónde lo gasta. ¿Por qué? Porque todo movimiento con tarjeta queda registrado en sus cuentas -y en Fintonic si es usted usuario de nuestra herramienta- así que si no es usted un ejemplo de constancia a la hora de recolectar tickets de compra, el 'dinero de plástico' le hará la vida más fácil.
De acuerdo con los datos del Banco de España, en el primer trimestre de 2014 se han realizado 577.612 operaciones con tarjetas de crédito en nuestro país. La retirada de efectivo en todas esas operaciones ha superado prácticamente los 24.000 millones de euros. ¿Qué se ha hecho con esos euros? Sólo quienes lo gastaron lo saben.
¿Qué pasa si pierde o le roban una tarjeta? No hay problema: se cancela y automáticamente queda inservible. Incluso si llegan a usarla, muy probablemente tendrá algún tipo de seguro con su entidad. ¿Y si pierde su efectivo? Ahí no hay red de seguridad: delo por perdido.
3. Compras al por mayor, caiga quien caiga
Cuánto nos gustan las grandes ofertas, sobre todo a la hora de llenar el carro de la compra. Pero muchas veces esas promociones que nos invitan a llevarnos 2x1, 3x2, o la segunda unidad a la mitad de precio pueden convertirse en enemigos del ahorro, especialmente si tienen como protagonistas productos perecederos.
Ya en un post anterior hablábamos de un estudio de Nielsen, con datos de 2013, que indicaba que los españoles gastamos 15.000 millones corresponden a consumibles frescos -carne, pescado, frutas y hortalizas- cada año, y suponen el grueso de nuestras compras, que rondan los 60 euros por semana en los supermercados.
Ya que nos estamos gastando un dinero importante ¿no sería mejor evitar que acabase en el cubo de la basura? Resumiendo: las ofertas 'a lo grande' son adecuadas para todo, excepto para los productos frescos.
Haga uso de ellas a la hora de comprar cosas que no caduquen: pasta, conservas, papel higiénico, detergente... Pero no para nada que pueda estropearse, a no ser que se trate de una familia numerosísima.
4. Se obsesiona con lo que compró a crédito y va aplazando sus pagos
Le hemos hablado muchas veces de lo peligroso que es abusar de los pagos aplazados que permiten las tarjetas? No hay que ser irresponsable, pero que esos inconvenientes no le hagan perder de vista lo útil que puede resultar el 'dinero de plástico' para gestionar sus deudas y estabilizar su economía personal.
La opción de pagar a crédito es la mejor para importes no demasiado altos, en plazos que vayan de los 6 a los 12 meses. Precisamente la herramienta de Fintonic puede ayudarle a aprovechar al máximo sus posibilidades de crédito. Recuerde que, además de monitorizar esos cargos futuros siendo siempre consciente del dinero real del que dispone, las alertas de la herramienta saltarán si hay cualquier movimiento 'imprevisto' en sus cuentas: comisiones inesperadas, recibos duplicados, descubiertos...
Si decide aplazar sus pagos en cuotas, recuerde que si los satisface de forma anticipada, todo será mucho más sencillo. Tenga claro cuáles son la periodicidad y el importe mínimo de los cargos que le harán, y también de los intereses, que incluso pueden subir por encima del 25% o el 30%. No hay que obsesionarse, pero sí estar atento a lo que conllevan este tipo de decisiones contables.
5. Compre siempre lo más barato
No estamos diciendo un 'no' por sistema a la búsqueda de buenos precios ni a las marcas blancas, pero cuando su abuela le dice eso de que lo barato sale caro tiene mucha razón en el 80% de los casos.
No es malo preguntarse por qué el producto A vale más que el B, si ambos son lo mismo, pero no deje que la respuesta a la pregunta ¿cuánto vale? se convierta en su único criterio a la hora de hacer la lista de la compra, elegir coche o alquilar piso.
Nunca sacrifique su salud o su bienestar por unos euros. Hay muchas cosas que tienen el precio que tienen porque su calidad mengua -o desaparece- si se baja de esos márgenes.
6. Ahorre cueste lo que cueste, aunque le haga infeliz
He aquí el sexto gran error que cometerá en su vida de ahorrador. Sí, hay que apretarse el cinturón, y sí, hay que tener controlados nuestros ingresos y gastos, pero no permita que una economía saneada le deje una vida personal inexistente.
En Fintonic queremos que ahorre, pero sobre todo, que seas feliz. Ahorrar no se trata de acumular dinero sin más, sino de que lo invierta en cosas que le hagan feliz: en unas vacaciones, en una casa mejor, en el ordenador que necesita para diseñar ese proyecto o ,por qué no, en esas zapatillas que le harán volar cuando vaya a correr al Retiro mañana por la mañana.
En otras palabras: quizá tenga que sacrificar ese café diario del que hemos hablado, pero le prometemos que todo será mucho mejor si nunca prescinde de las cosas para las que realmente quieres ahorrar, y que suelen tener que ver con su familia, amigos y su carrera. Ahí le dejamos que despilfarre toda su energía.
No piense en caprichos, sino en recompensas. Si se permite ciertos 'lujos' con lo que va ahorrando periódicamente, la disciplina será mucho más llevadera y le animará a seguir por la senda del buen gestor financiero. En este sentido, en Fintonic tiene la funcionalidad de retos que le ayudarán a dirigir su ahorro hacia objetivos concretos (recompensas). Podrá ver la evolución de sus esfuerzos hasta llegar a la meta.