
Son muchas las herramientas y productos disponibles para tratar de sacar el máximo partido a los ahorros. Desde Fintonic, aplicación que permite organizar las finanzas, presentan los depósitos bancarios, una interesante opción, que no todo el mundo conoce, más allá de los anuncios de la televisión.
Un depósito bancario es un producto financiero a través del cual un particular o empresa coloca en su entidad algún dinero durante un determinado periodo de tiempo y con unas condiciones. Esa cantidad no se está gastando, está 'ociosa', y al colocarse en un depósito genera un pequeño beneficio para el cliente. En definitiva, se trata de mover el dinero para generar rentabilidad.
Evidentemente, no se debe a la generosidad de los bancos, sino que estos aprovechan ese dinero de los depósitos en otras operaciones, como préstamos. No significa que se pierdan los ahorros, ya que estarán disponibles en los plazos marcados, y ligeramente aumentados. Pero mientras están depositados, el banco va a estar usándolos.
Tipos de depósitos
Hay varios tipos de depósitos. Los más básicos siguen una regla casi universal: a mayor plazo, mayor rentabilidad.
1. Depósitos a la vista. Permiten retirar en cualquier momento una parte o la totalidad de lo aportado sin ninguna penalización. Suelen contratarse a través de Internet y muchos recogen la devolución de pequeños importes ligados a un porcentaje de los recibos que se domicilian. Muchos de ellos posibilitan también hacer transferencias y a grandes rasgos son los depósitos más flexibles si los ligamos a nuestra cuenta corriente.
2. Depósitos a plazo. El cliente se compromete a depositar su dinero durante un período determinado de tiempo (seis meses, un año...). Se acuerda un tipo de interés fijo que la entidad irá abonando cada X tiempo o cuando el contrato venza. Si cancelamos el depósito antes, pueden penalizarnos, aunque nunca veremos menguar nuestro capital original.
3. Depósitos 'regalo'. El beneficio o remuneración del banco en este caso no es dinero, sino un obsequio ?en especie?: un televisor, una tablet, un viaje, una olla a presión,? A la hora de contratar este tipo de depósitos, aconsejamos tener la cabeza fría, ya que no suelen permitir la cancelación anticipada. Quizá nos compense contratar otro tipo de depósito y adquirir el ?regalo? que nos interesa con los beneficios que vayamos generando, por ejemplo.
El TAE
Hay un concepto importante: el TAE, la tasa anual equivalente. Según el Banco de España es un indicador que, en forma de tanto por ciento anual, cifra el rendimiento efectivo de un producto financiero. Se calcula teniendo en cuenta el interés y los gastos y comisiones bancarias. La diferencia entre el TAE y el tipo de interés es que éste solo recoge la compensación que recibes por depositar el dinero, mientras que el TAE es el que dice exactamente cuanto dinero se gana.
Ahora que la reforma fiscal está de plena actualidad, hay un nuevo tipo de depósito cuyos intereses están exentos de pagar el IRPF, lo que supone una ventaja fiscal... Porque cuando se contrata un depósito se pagan impuestos por los beneficios obtenidos: un 19%, concretamente.
Se denominan CIALP, acrónimo de ?cuenta individual de ahorro a largo plazo?, y la previsión es que empiecen a existir a partir de enero de 2015. Se contratan por un plazo mínimo de 5 años, con un límite de aportación de 5.000 euros al año y sólo puede adquirirse uno por contribuyente. Para saber si estas características se mantendrán es cuestión de tiempo, ya que la reforma está estos días debatiéndose en el Congreso.
Cómo elegir el adecuado
Deberás tener en cuenta cuánto puedes aportar y cada cuánto tiempo; si quieres poder disponer de ese dinero en cualquier momento o arriesgarte a una penalización si lo cancelas antes de tiempo... Y saber qué es lo que te están ofreciendo exactamente con un determinado interés o TAE.
¿Muchas variables? No hay problema: el Banco de España ?entidad que supervisa a los bancos en esta materia? ha diseñado un simulador que dice punto por punto cuanto se gana con cada tipo de depósito.
Para ello hay que introducir el capital inicial, el tipo de interés nominal anual que te ofrece el banco (con un máximo del 30%), el plazo del depósito (en años) y el régimen de pago de intereses (en origen, al vencimiento o cada X tiempo). Al introducirlos, dirá el interés bruto por cada pago (lo que se gana, en euros) y el TAE. Puedes comparar varios depósitos a la vez.
Abrir un depósito es una decisión que hay que meditar. Una vez abierto, con la herramienta que ofrece Fintonic se puede planificar cuanto aportar al mismo.