
La banca española no consigue aumentar su rentabilidad por sus negocios en España en el primer trimestre del año, a pesar de la fuerte bajada del coste de los depósitos y del mayor ritmo de los créditos nuevos.
Así, a cierre de marzo, la diferencia entre lo que obtienen por los productos del activo, como préstamos, y lo que pagan por los del pasivo, como los depósitos a plazo, se sitúa en el 0,803%, lo que no los aleja de los mínimos históricos registrados al final de 2013, cuando estaba prácticamente en el mismo nivel, 0,80% y que suponía el menor diferencial de toda la serie histórica, que se remonta al año 1971.
Según los datos del Banco de España, bancos, cajas y cooperativas soportan un coste medio en España por los depósitos y otras operaciones de pasivo de 1,511%. Respecto al último trimestre del año anterior supone una disminución de 6,6 puntos básicos, lo que actúa a favor de la obtención de un mayor margen con sus clientes.
Así, el tipo medio ponderado de los depósitos a plazo para familias se situó en marzo en 1,23%, mientras sólo tres meses antes estaba en el 1,5%. En empresas tiene una tendencia similar y pasa del 1,30% de diciembre al 0,97% en marzo.
Este abaratamiento, sin embargo, no es suficiente para que la banca experimente una mejora, ya que la rentabilidad que obtienen con sus préstamos continúan en descenso. Así, en marzo, la rentabilidad media se sitúa en el 2,314%, mientras tres meses atrás era del 2,378%.
Tampoco el menor porcentaje se compensa con un mayor volumen. Los ingresos por operaciones crediticias menguan en más de 900 millones de euros en los primeros tres meses del año, mientras que los costes financieros, que incluyen los intereses pagados por las imposiciones a plazo, lo hacen en una cifra menor, en 790 millones.
La banca, que se enfrentará a tipos bajos "durante mucho tiempo", según Draghi, sólo puede compensar el menor margen aplicando un diferencial mayor a sus préstamos y aumentando el volumen de su cartera crediticia.
Pero bancos, cajas y cooperativas continúan achicando su balance, lo que indica que el saldo crediticio sigue disminuyendo a buen ritmo, es decir, que aún se producen más salidas de balance que entradas por el crédito nuevo.
En el primer trimestre, la banca ha visto menguar su balance medio un 7% respecto al del cierre del año anterior. Esta disminución del tamaño de la banca en España supone una importante aceleración, ya que durante todo 2013 había bajado en un 8,18%.
Este comportamiento choca con las previsiones de las entidades, que en algunos casos ya prevén que el balance puede volver a crecer durante este ejercicio.
La debilidad de la actividad en España también se manifiesta en la evolución de su margen de intereses, que recoge la evolución del negocio más típico bancario. El peso del margen sobre balance, a pesar de la fuerte disminución de éste, sólo sube en 0,006 puntos y se sitúa en 0,945%. Es otra manera de ver que a pesar de la reducción de los costes, lo obtenido por su productos financieros es insuficiente para mejorar los ingresos.
En el primer trimestre, el margen de intereses de bancos, cajas y cooperativas ha sumado 6.405 millones de euros, un 1,85% menos que en el trimestre anterior y un 7,4% menor que en idéntico trimestre de 2013.
Son los rendimientos de los instrumentos de capital y otros productos, donde se incluye la operativa con deuda pública, junto con unas menores necesidades de provisiones, lo que explica la mejora en los beneficios.
Así, el primer epígrafe sube en casi un 38%, mientras las pérdidas por deterioro de activos baja un 42,2%. Esto permite un beneficio bruto positivo, de 4.255 millones, que contrasta con las pérdidas de 618 millones del último trimestre del año pasado.
El beneficio neto por las actividades en España suma 3.702 millones, un resultado trimestral no conocido durante los últimos cuatro ejercicios, pero que resulta engañoso, ya que las entidades siguen con la asignatura pendiente de volver a la rentabilidad.