
La banca ha salido en tromba para defender la labor desempeñada por el Banco de España y sus técnicos durante la crisis tras la acusación directa de Bruselas a la falta de control llevada a cabo por el anterior exgobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
El lunes el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, culpó de la situación actual al supervisor, aprovechando su participación en unas jornadas organizadas por la Apie en Santander. El ataque no ha sentado nada bien ni al sector ni a las autoridades de nuestro país.
Tanto el actual gobernador, Luis María Linde, como el ministro Luis de Guindos y las principales entidades, exculparon al regulador de lo sucedido y limitaron la importancia de buscar ahora chivos expiatorios. Todos ellos siguieron los pasos dados por el presidente del Santander, Emilio Botín, quien el mismo lunes elogió el control del Banco de España y la implantación de las provisiones anticíclicas y apuntó directamente a las cajas y la gobernanza de estas entidades.
En este sentido se pronunció ayer el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González Páramo, que fue miembro del BCE hasta mediados de 2012. Se refirió a que buena parte de los problemas han venido de la política fiscal, que no atajó la burbuja con una subida de impuestos a la compra de viviendas y la concesión masiva de créditos, y a la regulación de las cajas de ahorros, cuyas competencias estaban en manos de las comunidades autónomas y no en las del Banco de España.
El consejero de BBVA recordó que el 30% del cuerpo inspector del BCE para la Unión Bancaria precede de nuestro supervisor y que las provisiones anticíclicas impuestas por el Banco de España fueron criticadas desde el exterior en su momento y hoy son un referente. "Fueron constituidas para crisis episódicas, pero han sido insuficientes por la crisis sistémica" desatada por la debacle internacional y la falta de confianza sobre el euro, destacó Páramo.
El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, aseveró que la labor del supervisor financiero antes, durante y después de la crisis "ha sido estricta, profesional y eficaz".
Al igual que hiciera Botín un día antes, Fainé destacó, en unas declaraciones hechas en Barcelona, la anticipación del supervisor con las provisiones anticíclicas. En su opinión, su rigor se puso de manifiesto según avanzaba la crisis y "ha ejercido un papel clave en el impulso hacia la recuperación mediante la reestructuración y saneamiento del sector financiero".
El gobernador, Luis María Linde, afirmó que "simplificar" y "atribuir a los errores" de la entidad supervisora "la magnitud de la crisis" es una explicación "muy poco útil". En una comparecencia en el Congreso, Linde aseguró que "el Banco de España es totalmente consciente de los problemas que se produjeron y de las insuficiencias que pudo haber en la supervisión". Pero afirmó que "si medimos los errores de supervisión por lo que ha costado el rescate" de las entidades, "no estamos tan lejos de la media europea" y hay países que han gastado cantidades "muy superiores" tanto en términos absolutos como en porcentaje de PIB.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, señaló que lo importante "no es buscar chivos expiatorios", sino soluciones al problema, a pesar de que reconoció que hubo errores de control y de gestión en las cajas. "No era fácil ver la situación en su momento", señaló el banquero, tras señalar que ahora "siete años después" todos somos capaces de hacer diagnósticos.
Goirigolzarri admitió que el Banco de España "tuvo responsabilidad" en la caída del sector, pero que no fue el único y que hubo más causas, como una política de tipos de interés laxa, una falta de compromiso de integridad de los sistemas financieros europeos hasta 2012 y una normativa para las cajas que impidió durante algún tiempo la inyección de ayudas públicas, mientras en Europa el resto de países regaba con dinero público a sus entidades para evitar su caída. Asimismo indicó que la gestión de unas cajas salió bien y en otras mal en un contexto similar para todos.
Menos explícito fue De Guindos. Tan sólo hizo una referencia a la falta de rigor fiscal para atajar la burbuja. Dijo que "errores sí hubo, pero culpas no lo sé". Además señaló que no le corresponde a él señalar a los responsables y que su trabajo consiste en buscar soluciones.