Banca y finanzas

¿Por qué se ayuda a los bancos y no a las familias?

Durante esta crisis han surgido varios movimientos sociales que han puesto en duda lo idóneo del rescate de las entidades financieras en lugar de rescatar a las familias que están en problemas. En este artículo se intenta explicar el motivo por el que se actúa de este modo que ha resultado tan polémico para una parte importante de la población.

Muchos sectores de la población e, incluso, algunos políticos han pedido abiertamente que se dejase caer a los bancos insolventes, como se han dejado caer miles de pequeñas empresas y negocios. ¿Por qué no ha ocurrido lo mismo con las entidades financieras en Europa?.

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, explica en la revista El Espectador Incorrecto que "la experiencia internacional muestra que los casos de liquidación son muy raros, especialmente en aquellos entornos, como el europeo, en los que los bancos intermedian la mayoría de los flujos de financiación".

Linde argumenta que en España el sistema bancario tiene unas características que acrecientan las desventajas de la liquidación de entidades de crédito:

-"En España, la financiación de empresas y familias depende en gran medida de los bancos. Una crisis bancaria tiene repercusiones muy amplias sobre la economía".

-"En las economías dependientes del ahorro exterior, como lo es la española, es habitual que los bancos tengan que financiarse, además de con depósitos, con instrumentos de deuda respaldados por garantías... por lo que la liquidación concursal no constituye, salvo excepciones, una buena alternativa para gestionar la crisis de una entidad bancaria, menos aún si la posibilidad de contagio hace que lo que está en riesgo sea el conjunto bancario".

Por todo lo comentado anteriormente, la intervención de la entidad, su recapitalización y la posterior venta suele ser la respuesta más común ante una situación de insolvencia.

En la liquidación de una entidad de crédito las pérdidas latentes serían absorbidas por los recursos propios, y si estos resultan insuficientes, por los acreedores de la entidad, o el sector público. Por ello, y con el objetivo primordial de garantizar los depósitos de los clientes, "hace que en caso de quiebra sea extremadamente desaconsejable su liquidación mediante el procedimiento concursal", ya que los depósitos podrían verse afectados en último instancia, señala Linde.

Aunque la intervención sea la decisión menos dañina, Linde reconoce que el "rescate de la banca por parte del sector público origina un indeseable subsidio implícito a las entidades y posibles efectos nocivos englobados en lo que se denomina 'riesgo moral'".

A pesar de estos inconvenientes, y según Linde, "la reestructuración y la recapitalización bancaria llevada a cabo en España en los últimos años... ha sido una pieza fundamental para que la economía española pueda empezar a superar la crisis que se inició en 2008".

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