El acentuado descenso del crédito y la capacidad para captar ahorros de clientes permite a la gran banca casi equilibrar ya su balance. A finales del pasado mes de junio, las grandes entidades cubrían cerca del 80% de la financiación con depósitos de clientes. En los albores de la crisis, muchas prestaban casi el doble del dinero captado con ahorros domésticos tomando fondos a manos llenas de inversores internacionales con emisiones de deudas, que servían para dispensar las hipotecas y el crédito que demandaba una economía subida en el boom inmobiliario.
Quiebra Lehman Brothers en septiembre de 2008 y sume en una peligrosa encrucijada al sector. El cerrojazo en los mercados dificulta el fondeo exterior para atender gruesas amortizaciones de deuda, dando la puntilla al crédito porque, simplemente, se seca el dinero.
Los depósitos del Santander
La gran banca ha desandado ya muy buena parte del camino. A finales de junio, declaraban cubrir alrededor del 80% con depósitos de clientes. El grado de desenganche de los mercados de capitales oscila entre el Santander, que confiesa tener ya más ahorros captados que créditos en España -el 85% es financiación cubierta por depósitos- y el 142 reportado por Bankinter. Las cifras son, sin embargo, difícilmente comparables porque las entidades utilizan una disparidad de ingredientes para el cálculo que desaconsejan efectuar un ranking. Unos bancos, por ejemplo, incluyen pagarés dentro del ahorro, depósitos ajenos a clientes, frente a la limitación a ahorros de clientes que reconocen los más ortodoxos. A pesar de la distinta cocina, son indicativas del proceso y en todas las entidades se observa un notable desapalancamiento.
Llegar hasta aquí es producto de una confluencia de factores. Contribuye tanto el descenso del crédito como la capacidad de las entidades para arañar ahorros de clientes. Sólo el Santander y BBVA engordaron el balance de depósitos en más de 30.000 millones de euros en el último año y medio, aunque el dinero sale de otras entidades, sobre todo de antiguas cajas nacionalizadas.
A pesar de esa migración, Bankia ha logrado contener la salida de fondos y su relación entre el crédito y depósitos se sitúa en la media sectorial, aunque parte es gracias a la transferencia a la Sareb o banco malo de activos valorados en 22.317,7 millones, una vez aplicado el descuento en su valor.
Asistencias extraordinarias
El cierre de los mercados tras colapsar Lehman Brothers forzó asistencias extraordinarias de liquidez por parte de autoridades y bancos centrales y obligó a las entidades a generar recursos mediante la reducción del gap entre depósitos y créditos, prendiendo la encarnizada guerra por captar ahorros, sofocada el pasado enero por el Banco de España para poner fin al deterioro de los márgenes.
A foto fija, en 2007 sólo el 56,5% del crédito se respaldaba con sus depósitos y un año después tenía 760.000 millones prestados sin dicho respaldo, o lo que es lo mismo, tomados en los mercados, según un estudio de La Caixa.
La pujanza inmobiliaria y la alegría financiadora condujeron a que familias y empresas asumiesen una deuda bancaria equivalente al 230% del PIB. Era la más alta de Europa con la excepción de Portugal, que rozaba el 250%. En Alemania alcanzaba el 110% y un 170 en Francia. El momento más crítico tras clausurar los mercados, se concentró en 2011 y 2012, al acumularse casi 200.000 euros en vencimientos de deuda.
La financiación sigue a la baja
La gran banca ha casi equilibrado la situación. Hay que retrotraerse a 1998 para encontrar ratios de apalancamientos iguales, frente al 170% récord fijado en 2008.
Sin embargo, el crédito sigue sin encontrar suelo. El saldo vivo retrocede aún a porcentajes superiores al 8%, mientras que el ahorro de clientes se mueve de unas entidades a otras pero no crece. La banca aún lo excusa en la ausencia de demanda solvente, y abundan los banqueros y expertos que hablan de "abundancia" de fondos para prestar cuando la economía lo facilite. Pero la morosidad sigue al alza. En junio marcó nuevo máximo histórico en el 11,61% y rondaría el 14% sin limpieza acometida por la Sareb, aunque parte de su repunte responde a un efecto puro estadístico ya que se calcula sobre una masa de crédito en caída vertiginosa.
Varios banqueros declararon sentirse cómodos ya con el desapalancamiento logrado. A la banca con ayudas, Bruselas les exige mantener casi un equilibrio: que cada euro prestado esté cubierto por un euro de depósitos. El resto carece de tal imposición, aunque varios bancos de inversión como Natixis y Barclays cifran en el 100-120% el umbral aconsejable para cumplir con las futuras exigencias en materia de liquidez de Basilea III, aún cuando ni siquiera las autoridades han decidido cómo ni cuándo las quieren instrumentar.