Banca y finanzas

El banco británico Northern Rock ya ha devuelto 7.600 millones

  • El 'banco tóxico' todavía tiene pendiente de pagar al erario 42.000 millones
Una londinense pasea frente a una oficina del Northern Rock. Foto: Bloomberg.

El banco tóxico británico continúa su laboriosa tarea de limpiar su nombre UK Asset Resolution (UKAR, en sus siglas en inglés), la entidad formada en octubre de 2010 con las deudas de Northern Rock y Bradford & Bingley como bases fundacionales, ha devuelto al erario 1.900 millones de libras (casi 2.200 millones de euros). Se trata de un paso significativo, pero todavía resta un largo camino hasta completar los 48.600 millones de euros que le faltan. Hasta la fecha suma 7.620 millones, una cantidad que revela la ambición del compromiso de completar el proceso en diez años.

De momento, las circunstancias comienzan a ponerse a su favor. La notable caída en los préstamos atrasados y, consecuentemente, el descenso de los gastos por deterioro de su carpeta de crédito han producido destacables mejoras en la evolución del que ha quedado como uno de los cadáveres exquisitos de la crisis. Sus responsables, es más, ven margen para la reanimación, considerando unos avances de la economía doméstica con impacto directo en los bolsillos familiares. Programas enfocados al mercado inmobiliario como Ayuda para comprar constituyen una gran ayuda para UKAR, responsable de un paquete de préstamo de 76.300 millones, con 584.000 clientes de los que 565.000 cuentan con hipotecas.

Los progresos han permitido aumentar un 10% los beneficios, que alcanzaron los 610 millones de euros en el primer semestre. No en vano, el conjunto de préstamos con retrasos severos cayó un 29% y el número de viviendas reposeídas lo hizo en un 8%. Como ejemplo, el total de hipotecas con demoras de más de tres meses se redujo en un 17% desde principio de año. Es más, la dirección asegura que el 90% de sus clientes inmobiliarios tienen sus pagos al día. Por todo, la dirección considera que el banco está en disposición de incrementar su atractivo ante un potencial comprador.

En su lógica financiera, cuanto mejor esté la economía británica, menos retrasos sufrirá UKAR y, por ende, su cartera de préstamo aumentará de valor. Como consecuencia, si logran venderlo, el fracaso de la primera entidad británica nacionalizada en 30 años podría acabar dando ganancias.

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