
El Banco de España adelantó al día de ayer la aprobación de los planes de viabilidad presentados por las entidades para hacer frente a la reforma financiera. El supervisor ha dado por bueno los proyectos, salvo una excepción, y asegura que en algunos casos el saneamiento estará "ajustado" y supondrá la entrada en pérdidas durante 2012 para algunas de ellas.
El organismo que preside Miguel Fernández Ordóñez se ha opuesto a la iniciativa planteada por Novagalicia para seguir en solitario. De esta manera, tendrá que sacarla a subasta pública antes de otoño, plazo máximo para que el grupo que preside José María Castellano pueda encontrar una solución. El Banco de España asegura que la operación será a través de un proceso de venta competitiva.
Por la mañana, el gobernador había insinuado el rechazo al plan de Castellano, en el que solicitaba ayudas para que los fondos interesados en adquirir entre un 20 y un 49 por ciento del capital por valor de 27.000 millones, a través de un Esquema de Protección de Activos (EPA). Este instrumento "sólo se puede dar si hay un proceso competitivo, no puedo dárselo a este señor porque sí", explicó.
Situación en el sector
El resto de entidades, al margen de las pujas ya iniciadas de CatalunyaCaixa y Banco Valencia, han iniciado trámites, que están en distinta fase, para fusionarse y hacer más asumible el coste de la reforma, al contar con año más para realizar el esfuerzo y evitar las pérdidas. En concreto, el Banco de España sostiene que cinco grupo barajan la integración con otros. Éstos alcanzan los doce. Los demás, principalmente los grandes, lo harán en solitario.
El volumen de provisiones que tienen que hacer, según han declarado, es algo superior al anunciado por el ministro Luis de Guindos. Las dotaciones para cumplir con la reforma llegan a los 53.842 millones, de los las que ya se han adelantado 9.192 millones con cargo al ejercicio 2011.
Para evitar pérdidas a los inversores minoristas de las entidades, por la tenencia de preferentes y subordinadas, el supervisor permitirá diferir el pago de intereses una vez la entidad salga de los números rojos.