Las autoridades europeas están rehaciendo por tercera vez los test de estrés a la banca española. La semana pasada, las entidades de nuestro país tuvieron que remitir datos adicionales por el endurecimiento en los criterios de valoración de los activos y de los riesgos, según fuentes financieras. Está previsto que los resultados se den a conocer entre el 8 y el 15 de julio, siempre y cuando la Autoridad Europea Bancaria (EBA) esté conforme con el método empleado y no reclame cifras adicionales.
La mayor parte de las entidades de nuestro país no comprende la actitud de este organismo, ya que sigue los criterios del Banco de España para calcular el valor de los activos. Además, consideran que el endurecimiento de las pruebas se trata de una "caza de brujas" con el objetivo de despertar una confianza en los mercados ante el fracaso de los test de estrés aplicados el ejercicio pasado.
Este endurecimiento también se ha manifestado en la eliminación de las provisiones genéricas y subestándar -aquellas que sirvan para cubrir impagos futuros- del cómputo de capital básico. Éstas, que suman unos 17.000 millones de euros, son un instrumento meramente español, lo que penalizará a las entidades de nuestro país.
Las provisiones sólo contarán en la última línea de los resultados, como mecanismos de mitigación. Las quejas ya se han trasladado al Banco de España, al considerar que supone una discriminación. La patronal de cajas envió hace diez días una carta al Banco de España, en la que mostraba su disconformidad con las medidas adoptadas por la EBA y en la que le reclamaba una mayor presión en Europa para que se incluya este colchón de dotaciones contra insolvencias. Algún banco, a título individual, también ha remitido en una misiva su protesta y peticiones.
Con los criterios, el sector espera que se produzca algún suspenso y que buena parte de las entidades apruebe el examen gracias a los mecanismos mitigadores, como los bonos convertibles en acciones, las provisiones y las ayudas públicas prometidas en el proceso de recapitalización hasta septiembre.
El temor de cajas y bancos radica en cómo el mercado analizará los test, ya que en la primera línea de los resultados habrá muchas calabazas. Y hay que destacar que todo el sistema español se presenta a las pruebas ante la insistencia del Gobierno y el Banco de España de aumentar la transparencia en estos momentos de inestabilidad.
El resto de países apenas somete a los test a tres o cuatro entidades, por lo que no existe igualdad sobre la visión global de cada sistema nacional.
Las pruebas, además, se darán a conocer en vísperas de las salidas a bolsa de Bankia y Banca Cívica, fundamentales para que el sector español recobre la confianza por parte de los inversores y los analistas. Unos resultados desfavorables podrían perjudicar la imagen conjunta, pero también el desarrollo de estas dos operaciones.
En diversas entidades españolas apuntan a Alemania y Francia como responsables de este endurecimiento, aunque también destacan la pérdida de peso de las autoridades españolas en Europa.