
El pasado 23 de julio, nada menos que 91 grandes bancos europeos publicaron los resultados de los llamados tests de estrés, que medían su solvencia en escenarios económicos adversos. En ellos, figuraba la cantidad de bonos soberanos que supuestamente tenían las entidades en sus balances a cierre de marzo de este año. Sin embargo, ahora hay dudas sobre si los bancos proporcionaron o no información fiable y completa sobre su exposición real a la deuda pública.
Así, algunas entidades excluyeron ciertos títulos y muchos redujeron las cantidades de las posiciones bajistas que mantenían, algo que no fue revelado por reguladores ni bancos cuando se publicaron los resultados a finales de julio, según informa el Wall Street Journal.
De acuerdo con el estudio realizado por el diario estadounidense, puesto que la información que dieron las entidades es bastante limitada es imposible saber con certeza el número de entidades que maquillaron su exposición a renta fija soberana de determinados países. Pero lo que es seguro es que las posiciones en bonos de algunas entidades que no reflejaron los test de estrés ascienden a miles de millones de euros, según fuentes del sector.
Baile de cifras
Los niveles de deuda que figuraban en los tests son muy distintos tanto de otros recuentos que se han hecho a nivel internacional como de los informes elaborados por algunos de los bancos que se sometieron a las pruebas.
Los representantes de algunas entidades han señalado, por su parte, que se limitaron a seguir las directrices provistas por el Comité de Supervisores de la Banca Europea (CEBS), la entidad encargada de coordinar las pruebas de resistencia.
Sin embargo, es sabido que el CEBS estaba sujeto a muchas presiones de los reguladores bancarios y los políticos de la región, puesto que estos deseaban que los test sirvieran para tranquilizar al mercado y dar fe de que la salud del sector financiero europeo es buena.
No toda la verdad
El modelo de test de estrés de CEBS exigía a las entidades que comunicaran su exposición bruta y neta a la deuda pública de los diferentes países de la zona euro. Pero estos no dijeron toda la verdad.
Un ejemplo que cita el Wsj es Barclays, que al parecer no comunicó abultadas inversiones en bonos públicos que mantenía con fines comerciales.
La entidad explicó que los bonos estaban directamente relacionados con transacciones que realizaba a nombre de sus clientes corporativos o gubernamentales y cuyo total varía mucho de un día a otro