Madrid, 27 abr (EFE).- El Banco Popular ve indicios de mejoría en la economía, pero las consecuencias de la recesión y la necesidad de atesorar provisiones siguieron afectando a la entidad, que en el primer trimestre ganó un 9,2% menos que un año antes (204 millones de euros), y vio crecer su morosidad al 4,91% a finales de marzo.
Una tasa que creen que seguirá subiendo hasta tocar un máximo en el tercer trimestre del año, aunque sin llegar a superar el 5,5%, como consecuencia de la incertidumbre económica y la "lacra" del paro, el principal problema de España junto al elevado déficit público, que en 2009 acabó en el 11,2% del PIB.
Así lo aseguró hoy en rueda de prensa el director general corporativo y financiero del Banco POPULAR (POP.MC) Jacobo González-Robatto, quien también instó al Gobierno a presentar un plan de ajuste económico "creíble" para reducir los números rojos en las cuentas del Estado.
Esta iniciativa recibiría la bienvenida de los mercados internacionales en un momento en el que la crisis griega, dijo, es un "toque de atención" para la economía española, que a pesar de sus diferencias, debería hacer algo al ver "las barbas de su vecino...".
El directivo de la entidad piensa que aunque la deuda de España sigue estando en niveles "perfectamente manejables", es importante cambiar la percepción de los mercados internacionales sobre el endeudamiento del país, en el que están incluyendo a familias y empresas y no sólo al Estado.
Si el Gobierno llega a acuerdos en materia del diálogo social o aplica medidas (advierte de que pueden ser "difíciles") para contener el gasto público, la financiación en el exterior se abaratará, es decir se reducirá la diferencia entre el bono español y el alemán, de referencia, explicó.
De esa forma será más fácil la recuperación de la economía, a la que, a juicio del Banco Popular, también contribuirá la culminación de la reestructuración de las cajas, que González-Robatto insistió en que debe hacerse "cuanto antes" para eliminar la desconfianza sobre el sistema crediticio español.
Pero mientras tanto la entidad sigue haciendo dotaciones cautelares por deterioro de activos (120 millones de enero a marzo), al tiempo que empieza a pensar que lo peor ha podido pasar ya debido a ciertas señales de mejoría.
Entre ellas un mayor número de peticiones de crédito o la concesión de hipotecas para comprar viviendas, parte de ellas del excedente de entre 700.000 y 800.000 inmuebles que el Banco Popular creen se habrá agotado en "dos o tres años".
Para que entonces siga habiendo inmuebles disponibles, la entidad calcula que la construcción de nuevas promociones de viviendas se empezará a reactivar desde finales de este año, por lo que podría aprovechar este cambio para vender algunos de los terrenos que ahora posee en su balance a los promotores.
Porque éstos, dijo, no se deben "demonizar" ya que son empresarios que ponen en peligro su dinero y generan riqueza, al igual que las miles de pymes que financia el Popular.
Y con las que quiere seguir contribuyendo, por lo que la entidad, al igual que el Banco Santander, el BBVA y La Caixa se presentará al concurso para ser la entidad que canalice la nueva línea de crédito para pymes y particulares del Instituto Oficial de Crédito (ICO), organismo con el que la entidad siempre presume de que participa de forma muy activa.
Al fin y al cabo, prestar dinero es el "leitmotiv" de la entidad, reconoció Gómez-Navarro, y para llevar a cabo esa actividad también se apoya en los depósitos de sus clientes, que ascendieron a 62.670 millones a cierre de marzo, un 21% más que un año antes.
Pero las cuentas del banco, presentadas el mismo día en el que la bolsa se anotó la mayor caída desde el pasado 4 de febrero, hicieron que los títulos de la entidad retrocedieran el 6,09%.