Banca y finanzas

Las cuentas de los grandes bancos en 2009 parecen dejar atrás lo peor de la crisis

Nueva York, 20 ene (EFE).- Tres de las mayores entidades bancarias de Estados Unidos presentaron hoy sus resultados de 2009, en los que se percibe una lenta recuperación de sus negocios e, incluso, la impresión de que se deja atrás lo peor de una de las crisis financieras más duras de su historia.

Bank of America cerró 2009 con una pérdida de 2.204 millones de dólares, el primer déficit de su historia reciente, debido sobre todo a la devolución de los 45.000 millones de fondos públicos que se le prestaron hace más de un año, cuando el sector estaba sumido en la crisis crediticia.

Además, el mayor banco estadounidense tuvo que abonar a la Administración estadounidense en 2009 hasta 2.850 millones de dólares en dividendos derivados de sus acciones preferentes.

Si no hubiera tenido que realizar esos pagos, Bank of América habría cerrado el año con un beneficio neto de 6.276 millones, un 56,5 por ciento más que en 2008.

A estos pagos se suma otro de los grandes lastres de las cuentas de los bancos desde que se desató la crisis: la reserva de fondos para asumir las pérdidas generadas por impagos de créditos.

Las provisiones de Bank of America para esta partida alcanzaron el año pasado los 48.570 millones de dólares en 2009, un 81 por ciento más que en 2008. En el cuarto trimestre del año esa cantidad alcanzó los 10.110 millones, frente a los 8.535 de un año antes.

Unos resultados algo más lucidos -que sin embargo estuvieron por debajo de las previsiones de los analistas- fueron los que presentó Morgan Stanley, que acumuló dos trimestres consecutivos en positivo y logró cerrar 2009 con un beneficio neto de 1.346 millones de dólares, después de haber perdido 246 millones en 2008.

Sin embargo, la entidad bancaria que más satisfecha se pudo mostrar hoy fue Wells Fargo, ya que informó de que en 2009 ganó 12.275 millones, la cantidad más elevada jamás lograda por este banco y que es casi cinco veces mayor que los 2.655 ganados en 2008.

El gran responsable de ese éxito es el negocio de Wachovia, que Wells Fargo compró en pleno estallido de la crisis hace algo más de un año y que le ha permitido duplicar su tamaño y compensar las pérdidas derivadas de la devolución de 25.000 millones a la Administración. Ese pago recortó en 76 centavos su beneficio anual, que quedó en 1,75 dólares por título.

El cuarto mayor banco estadounidense por activos reservó durante 2009 un total de 21.668 millones para hacer frente a posibles impagos de créditos, un 35,6 por ciento más que en 2008.

Al igual que Bank of America, en la recta final del año este banco, con sede en San Francisco, redujo sensiblemente la cantidad reservada para impagos derivados fundamentalmente de hipotecas para viviendas, oficinas y establecimientos comerciales.

En el cuarto trimestre del año reservó para ello 5.913 millones, frente a los 8.444 del mismo periodo de 2008, aunque sus pérdidas por esta contingencia siguen en aumento.

Estas elevadas amortizaciones, que se suman a las millonarias cifras que ya se dedicaron a esto en los últimos meses de 2008, siguen siendo un motivo de preocupación para los analistas.

Si la economía estadounidense mantiene su recuperación y el mercado inmobiliario remonta, previsiblemente se reducirán los impagos y estas cifras tenderán a reducirse también, lo que permitirá a los bancos aligerar estas reservas que tanto pesan en sus cuentas.

Además, la mayor parte del sector ya ha devuelto a la Administración lo que le debía por el rescate público sin precedentes acometido a raíz la crisis y ha logrado que ésta saliera de su accionariado, por lo que tampoco tendrá que abonar dividendos por las acciones preferentes en manos públicas.

Así, 2010 podría ser el primer año de una nueva etapa de la banca estadounidense, liberada por fin de los efectos más inmediatos de la crisis crediticia que en 2008 hizo tambalear al sistema financiero internacional.

De cara a los próximos meses, el propio consejero delegado de Bank of America, Brian Moynihan, reconoció que "las condiciones económicas siguen siendo frágiles" y dijo esperar que "continúen los altos niveles de desempleo, lo que seguirá arrastrando el consumo y el crecimiento".

Aun así, el directivo -que se estrena este mes en su cargo al igual que su homólogo en Morgan Stanley, James Gorman- dijo sentirse "alentado por los signos de que la economía está mejorando", como se ha visto "en la estabilización de los costes de crédito, en particular en el área del consumo".

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