Banca y finanzas

La situación macrofinanciera favorece la alianza entre la banca 'tradicional' y las 'fintech'

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Los bancos "tradicionales" y las fintech han dejado atrás la vieja etapa donde se veían como operadores rivales para explorar alianzas que optimizan lo mejor de ambos mundos. La banca tradicional cuenta con la confianza del cliente, la solvencia y reputación construida durante años mientras que la nueva generación de entidades ayuda a una rauda adopción de soluciones tecnológicas en un mundo cambiante y donde el que manda es, cada día más, el cliente. El actual entorno macrofinanciero y la subida de tipos mete presión en la financiación de proyectos innovadores, pero también surtirá de acelerante en el establecimiento de paternariados entre ambos mundos.

Se trata de una de las tendencias analizadas en la mesa de debate del evento Evolución del sector financiero en España: sinergias entre la banca y los neobancos, organizado por elEconomista.es en colaboración con ID Finance, Mambu y Nickel. En el encuentro se puso en evidencia que la digitalización está aquí y no es una opción, ha venido para quedarse. Y es en este contexto donde proliferan los modelos rompedores de negocio, como es el caso de los neobancos y las fintech, que ofrecen servicios financieros ligados a las innovaciones tecnológicas. Se estima que en España hay casi 1.000 fintech y contamos con el tercer vivero más importante de Europa. Sin embargo, este tipo de entidades no deben suponer una competencia directa para los bancos considerados "tradicionales", sino que, combinando sinergias entre ambos actores, es posible conseguir un relevante desarrollo para el sector y cubrir de forma más eficiente las necesidades de los clientes, que deben situarse siempre en el centro. De hecho, según el informe Fintech, innovación al servicio del cliente, elaborado por el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG, el 75% de las fintech y los bancos consideran que la colaboración es la vía adecuada para maximizar beneficios.

Todos los ponentes se mostraron de acuerdo en que la tecnología es un elemento disruptivo que trae consigo una serie de oportunidades que permiten hacer frente a problemas actuales de la banca. Por ello, las fintech, empresas más especializadas en targets y oportunidades de negocio concretas, pueden servirse de la experiencia y conocimiento de los bancos para que, entre ambos, sea posible aportar soluciones a los retos del sector.

Así lo recalcó Víctor de las Heras, Global CFO de ID Finance y miembro del consejo de Plazo, que afirmó que las fintech tienen "la capacidad de innovar y lanzar rápido un producto" además de "detectar el nicho de mercado" de una forma más efectiva. Como ejemplo, usó el de Transferwise, especializada en las transferencias entre cuentas de diferentes países. Sin embargo, resaltó la importancia de "poner al cliente en el foco", ya que este tiene muchas posibilidades "a golpe de clic" y es preciso saber anticiparse a él y adaptarse a sus nuevas necesidades.

En este sentido, hizo referencia a zonas que actualmente no cuentan con presencia física de ninguna entidad financiera. Concretamente, según cuantificó Mónica Correia, CEO de Nickel España, se trata del 24% de municipios de España y la cifra aumenta si nos referimos a aquellos en los que no disponen de cajeros, que son el 49%. De acuerdo con esta experta, la solución ante estos problemas es optar por un modelo híbrido entre la banca más tradicional y los nuevos servicios más tecnológicos. Esto es así, ya que un modelo 100% digital dejaría fuera a las personas que no tengan las habilidades para operar de forma solo online. Por ello, afirmó que su compañía apuesta por "una forma sencilla y accesible" en la que se combina una "presencia digital fuerte, pero también física para estar al lado del cliente y dar una propuesta universal que llegue a todos los colectivos" y combata ese riesgo de exclusión.

Por su parte, Inés Muñoz, Area Sales manager de Mambu, también resaltó ese papel de conocedor del sector con el que cuentan los bancos y su método más presencial que disfruta de la "confianza" de los clientes. Esto se complementa con la tecnología, "principal elemento del ADN de las fintech", su agilidad y su capacidad de ofrecer servicios financieros casi "invisibles", es decir, que sea tan sencillo para los usuarios que ni siquiera necesiten reparar en los procesos que requieren.

Es posible visualizar la simbiosis entre banca y neobanca en el caso de Imagin, que nace dentro de CaixaBank. Según su CEO, Benjamí Puigdevall, se trata de una propuesta de trabajo que ya tiene 4 millones de usuarios. "Es una combinación de los dos modelos: el modelo más tradicional, con el modelo más disruptivo de neobanco. Es un ejemplo de que esa combinación es posible y suma", ensalzó. Pero para ello, incidió en la necesidad de que tras el neobanco exista "una entidad de confianza" porque "une lo mejor de los dos mundos: lo que buscan los millennials con lo que buscan los clientes tradicionales". "La combinación es un win-win muy claro", añadió. "El modelo tradicional permite la financiación, hacer frente al coste de adquisición e incidentes, realizar grandes inversiones y tienen grandes bases de clientes. Sin embargo, las fintech entienden mejor que para poder distribuir servicios eficientes no es siempre necesario que los fabrique el propio banco", dijo.

Asimismo, Israel Rodríguez Ponce, director de Innovación de Unicaja Banco ofreció el punto de vista, precisamente, de la banca, que considera a las fintech "una oportunidad para generar innovación en nuestro sistema financiero". Sin embargo, quiso dejar claro que el paradigma de banca considerada "tradicional" no tiene por qué ser "más lenta" sino que se dirige a un público más amplio y menos segmentado. Al contrario, detalló, que las fintech "quieren aportar algo nuevo, normalmente, en un sector concreto. Asociarse con ellas permite aportar valor a un target concreto".

A pesar de que en un inicio, en el año 2000, cuando irrumpieron los neobancos en el panorama financiero, la banca no era consciente de su potencial y no deseó crear sinergias, posteriormente la situación se dio la vuelta y comenzó un periodo de bonanza para este tipo de negocios en el que incluso pareció que acabarían sustituyendo al modelo tradicional. Sin embargo, ante el panorama actual, ambos actores ven el momento de interactuar y complementarse.

Algunos ponentes, como es el caso de Muñoz o de Puigdevall, pusieron sobre la mesa la idea de que el sector de las fintech se está "redimensionando" tras una situación en la que se había producido una burbuja. Así, es sector está evolucionando hacia un sistema más "saneado" con menos empresas, pero más rentables. Por ello, también es una situación más favorable para trazar alianzas.

"Estamos en un momento de más madurez en nuestra relación, es más estable, y estamos en un punto en el que podemos ver la complementariedad que tenemos en muchas situaciones", aseveró Rodríguez. "Por sacarle algo positivo a la situación de falta de liquidez, ahora muchas fintech están más abiertas a colaborar y a buscar sinergias y eso repercute en el usuario", agregó.

Asimismo, nombró los "laboratorios de coinnovación", entornos controlados en los que prueban colaboraciones con clientes reales, lo cual aporta agilidad, ya que "en pocas semanas se encuentra la solución adecuada o se desecha".

Las nuevas tecnologías y su desarrollo suponen siempre la necesidad de un marco regulatorio que controle su buen uso y funcionamiento.

Adaptar la regulación

En el sector financiero debe existir un equilibrio entre la estabilidad financiera, la protección a los consumidores y el impulso a la innovación, manteniendo la neutralidad entre todos los actores.

A pesar de que los ponentes defendieron la integridad de la regulación financiera, lo cierto es que aún deben desarrollarse reglas que se adapten a los últimos avances, como es el caso de la Inteligencia Artificial (IA).

"La regulación siempre viene por detrás", sentenció el Global CFO de ID Finance, "no hay regulación como tal sobre ChatGPT, la IA, etc. Por ello, hay que dar un paso adelante en este aspecto, para que se eviten problemas. Aunque supone una ayuda en muchos campos, es necesario poner límites e introducir ética. No todo vale". Con ello coincidió el CEO de Imagin, quien afirmó que "hay que saber dónde están las limitaciones y esto aún es una línea que necesita definirse".

Y es que el sector financiero tiene una gran responsabilidad, ya que posee los datos de los activos de los clientes, algo "muy crítico", en palabras de Correia. Es por eso que tienen responsabilidad de "entender el potencial de la tecnología y colocarse en cada una de las cuestiones éticas", sin poner la falta de regulación como una excusa.

También el director de Innovación de Unicaja considera a este sector "demasiado importante", como para que haya aspectos que no estén regulados. En ese sentido, considera que en el caso de España, el regulador da seguridad a los clientes sin perjudicar por ello la capacidad de innovación, una situación que debe continuar y que no debe sacrificarse por un desarrollo tecnológico más rápido.

Por último, Muñoz nombró los proyectos del sandbox. Este término hace referencia a las cajas de arena donde juegan los niños como un entorno controlado. Aplicado a los proyectos financieros, es el espacio en el que se llevan a cabo desarrollos de innovaciones y se ponen a prueba sin riesgo de afectar al sistema, pero con férrea supervisión. Este campo de pruebas ayuda a desarrollar productos, innovaciones y servicios que aún no están regulados sin perjuicio para los clientes.

Plataformización

El auge de nuevos modelos conlleva nuevas formas de consumo. En este sentido, podrían desarrollarse formas de financiación casi "invisibles" en las que, a través de las plataformas digitales, se facilite el acceso a este tipo de productos y servicios. Muñoz exaltó este modelo: "unos suben el contenido y otros lo consumen, a través de la tecnología. Al final es un mundo donde cada uno aporta valor y funciona".

Lo cierto es que el "fenómeno fintech ha aumentado el nivel de exigencia de todo el sector, según comentó Puigdevall. "Ha sido un acelerador para mejorar la experiencia del usuario y ha obligado a crear mejores soluciones de mercado, ya sea por competencia o por colaboración. Una de las grandes aportaciones de las fintech ha sido el grado de exigencia del usuario", incidió.

Sin embargo, en lo relativo al modelo de plataformización, el ponente apostó porque su consolidación dependerá de si aporta una mejor propuesta de valor al usuario. "Hay muchas soluciones, pero hay algunas que están aún en fase de crecimiento para ver si se adoptan o no. Aún quedan capítulos, pero la decisión dependerá de como lo hagan los actores", aseveró.

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