
Washington, 21 abr (EFE).- El secretario del Tesoro de EE.UU., Tim Geithner, defendió hoy ante el Congreso el programa de rescate bancario del Gobierno justo cuando sale a la luz un informe que advierte sobre una posible malversación de fondos públicos.
Su testimonio coincide también con la publicación de un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) que eleva a 2,7 billones de dólares las pérdidas del sector bancario estadounidense entre 2007 y 2010, 500.000 millones más que lo estimado en enero pasado.
Geithner, que respondió a una batería de preguntas sobre el programa de inversiones público-privadas para sanear los balances bancarios de activos tóxicos, indicó que el citado plan alcanza un "deseado equilibrio".
Pero el inspector general del Programa de Alivio de Activos Depreciados (TARP, por su sigla en inglés), Neil Barofsky, dijo hoy que el plan del Tesoro para purgar los activos tóxicos de los bancos, que forma parte del TARP, es susceptible de fraude y abusos.
Barofsky subrayó que son necesarias reglas más estrictas contra posibles conflictos de interés.
Indicó que las subvenciones a las inversiones público-privadas para la adquisición de activos tóxicos podría hacer que los contribuyentes estadounidenses sufran pérdidas mayores sin que se registren incrementos en el potencial de beneficios.
Además, el informe de Barofsky indica que su oficina ha abierto 20 investigaciones preliminares asociadas con el programa de rescate de 700.000 millones de dólares.
Las investigaciones van desde fraude en las inversiones del programa TARP hasta uso de información privilegiada y corrupción pública, aunque no se dio a conocer ningún caso específico.
La oficina del inspector general lleva a cabo seis auditorías, incluida una sobre el reciente pago de bonificaciones a los empleados de la aseguradora American International Group (AIG).
El informe señala que el Tesoro comprometió 590.400 millones de dólares de los 700.000 millones al 31 de marzo, pero que cuando se añaden los fondos comprometidos por la Reserva Federal (Fed) y las garantías de activos, la factura del TARP para los contribuyentes podría alcanzar los 2,9 billones de dólares.