
Los Lakers lograron el triunfo (100-92) que les hacía falta ante San Antonio para meterse en la final de la NBA. Es la primera vez que la jugará un español.
Los Angeles Lakers sellaron su pase a la gran final de la NBA tras derrotar por cuarta vez a los San Antonio Spurs (100-92). Esta será la final número 29 para el legendario equipo californiano, y la primera en la historia para un jugador español, Pau Gasol.
Buena parte del mérito de la victoria de los Lakers residió, una vez más, en Kobe Bryant. El versátil número 24 no se cansa de demostrar partido a partido en los 'playoff' que su título de MVP de la fase regular es merecidísimo. Hoy en día, Kobe parece un jugador de otra galaxia, a años luz de sus rivales. Cuando Kobe está inspirado, es imparable. Y desafortunadamente para sus rivales, suele estarlo en los momentos decisivos.
De sus 39 puntos, 26 fueron en la segunda parte, en la fase más caliente del partido. Bryant hizo de todo, y bien. Anotó triples, culminó penetraciones con rectificados en el aire, desafiando la ley de la gravedad, dio asistencias, etc... Odom y Gasol, con 13 y 12 puntos respectivamente, fueron sus mejores ayudantes. Especialmente destacable fue el trabajo del catalán en defensa, convertido en el amo y señor de la zona con sus 19 rebotes.
Resistencia de los Spurs
Los Spurs empezaron el partido con el acierto y determinación que les faltó en anteriores partidos. Las miradas de sus jugadores, su actitud, exudaban rabia. Probablemente, les había picado en el orgullo que se les hubiera dado ya por muertos.
Los Lakers, en cambio, estaban torpes y destensados, como si aún tuvieran la cabeza en Tejas, donde dos días antes habían conseguido una gran victoria. A falta de poco tiempo para el final, Kobe, quien si no, culminó la remontada y llevó a su equipo hacia la victoria, muy bien acompañado por Odom, gasol y Radmanovic.
Al final del partido, Duncan, Ginobili y Parker se abrazaron. Sabían que estaban cerrando una era gloriosa, que les ha permitido dominar la Conferencia Oeste, y ganar tres de los últimos cinco anillos de la NBA. Ahora el presente y el futuro pertenece a los Lakers, que permanecerán durante los próximos días a la espera de saber quién será su próximo rival, los arrogantes Detroit Pistons, o los históricos Boston Celtics.