De todos los países emergentes que están probando las vacunas chinas contra el covid-19, pocos se llevan mejor con Pekín que Pakistán. En los años previos a la pandemia, China financió en la nación del sur de Asia cerca de 70,000 millones de dólares en carreteras, ferrocarriles y centrales eléctricas. Actualmente se están desarrollando dos ensayos clínicos en Pakistán, donde incluso altos funcionarios del Gobierno están siendo vacunados.