Hay días en los que nuestro cabello parece tener vida propia: encrespado, sin forma, imposible de manejar. Queremos un peinado bonito, pero el tiempo y las herramientas no siempre juegan a nuestro favor. El cepillo de aire se ha convertido en un imprescindible para quienes buscan practicidad, pero no todos cumplen con lo que prometen. Algunos no secan bien, otros dejan el pelo sin volumen o, peor aún, lo dañan con el calor excesivo. Al final, acabamos acumulando productos que ocupan espacio y no nos dan el resultado que queremos.