Juan María Naveja
Contra lo que algunos pronosticaban, el sistema electoral de Estados Unidos funcionó, una vez más. Podrá gustar o parecer antediluviano, pero no va a cambiar. En consecuencia, el 20 de enero se va Donald Trump. Se va porque perdió, porque Biden tuvo más de 80 millones de votos ciudadanos y 306 electorales. Las triquiñuelas que acostumbra practicar con demandas se estrellaron una tras otra con las secretarías de estado y tribunales, muchos de ellos republicanos.