"Entro al almacén, me cojo mi lata, la escondo y me voy a la cocina", reveló el camarero
Alberto Chicote tenía este miércoles un reto más 'tranquilo' que la semana anterior, donde volaron sillas y cristales. Pesadilla en la cocina acudió a la sidrería A Cañada, un restaurante asturiano del madrileño barrio de Lavapiés que presumía de tener 125 años de historia y de ofrecer una fabada premiada.