GOTAS DEL PRÍNCIPE RUPERT
Las llamadas Gotas del Príncipe Rupert, también conocidas como Lágrimas Holandesas, fueron descubiertas en el siglo XVII cuando el Príncipe Rupert se las presentó a Carlos II de Inglaterra. En ellas había algo que despertaba la curiosidad de todos: la cabeza de cada una de estas pequeñas gotas en forma de lágrimas era capaz de soportar una presión descomunal, en cambio la cola se podía romper fácilmente e inmediatamente la gota se destruía por completo quedando reducida a simple polvillo.