El Real Madrid es el líder de la Primera División. Suma 75 puntos, tres más que el Barça a la espera de jugar el domingo un clásico decisivo y el duelo que, ante el Celta, fue suspendido a principios de año por culpa del temporal que azotaba Galicia. El panorama, por tanto, es positivo. Pero la realidad que esconden estas cifras habla de un equipo mucho más débil de lo que en realidad afirman los números. Los blancos han ganado 15 puntos sobre el alambre de los últimos 10 minutos.

Florentino Pérez ha blindado a Zinedine Zidane. Pese a que el entrenador dejó en el aire su futuro antes del derbi ante el Atlético de Madrid, el presidente le ha dejado claro que el curso que viene seguirá. En el mejor de los casos todo apunta a que será el último, no sólo porque es el que tiene firmado el francés (su vínculo finaliza el 30 de junio de 2018), sino porque el propio Zidane ya ha deslizado que el fútbol quema demasiado desde los banquillos. No quiere aventuras eternas. No aspira a más que cumplir su vínculo actual con los blancos. ¿Y después? El Real Madrid ya tiene un nombre que gusta por el Bernabéu. En el club son muchas las voces autorizadas que ven en Xabi Alonso el recambio de su actual entrenador.

Isco Alarcón lo ha conseguido. Le ha costado casi toda la temporada, pero por fin Zidane le va a dar galones de titular en un partido importante de la Champions League. Hasta la fecha, el mediocampista malagueño del Real Madrid sólo había disputado 77' en la máxima competición continental: 67' de inicio ante el Sporting de Portugal en Lisboa y 10' contra el Nápoles en San Paolo. Su exhibición ante el Sporting (dos goles y un partidazo) han hecho que el técnico francés se anime a utilizarlo en el once que mañana tratará de mantener la ventaja cosechada en Múnich, ante el Bayern, en la ida de cuartos de final (1-2).

El Real Madrid ya tiene entrenador para la próxima temporada. Es el mismo de la actual campaña. Zinedine Zidane seguirá al frente del equipo pase lo que pase en este curso que podría ser histórico (en caso de doblete con Liga y Champions), bueno (bien si se gana la Liga, bien si se gana la Champions) o desastroso (si no se consigue ningún título pese a las magníficas expectativas). Así lo ha decidido un Florentino Pérez que ha querido enterrar los rumores de las últimas semanas. Zidane es y seguirá siendo su hombre.