Un misterioso grupo de unos 10 militares persigue de cerca los movimientos del dictador norcoreano en su última visita a una fábrica mientras anotan cada cosa que dice. No es la primera vez que vemos esto y, seguramente, tampoco sea la última. ¿Cuál es la verdadera historia que se oculta detrás de esto?
En todos los actos de Kim Jong-Un siempre encontramos a varios militares o civiles cargando con una libreta y un bolígrafo mientras mantienen los oídos abiertos y las muñecas ágiles para apuntar al pie de la letra las palabras del líder asiático.
Un acto que podría estar al servicio de la propaganda del régimen con el objetivo de mostrar al dictador como un hombre sabio del que no se puede perder ni una sola de sus palabras y que comparte con todos sus seguidores la sabiduría que posee de forma innata.
Al parecer, ya pasó antes de que el actual dirigente llegase a la cabeza del país. Uno de sus antepasados dijo tal genialidad que consiguió ahorrar algo de dinero al país y, desde entonces, siempre dejan para la posteridad las palabras de su dictador.
¿Quién comenzó todo?
Ese antepasado es el padre de su padre, Kim Il-Sung, que utilizó esta práctica para hacer apología de su inteligencia cuando, como cuenta la mayor agencia de noticias de Corea del Norte, "observando un camión en funcionamiento, el presidente dijo que la parte de atrás del camión parecía pequeña comparada con la capacidad del motor. Sugirió alargar la caja del camión y tras ese ajuste su capacidad de carga pasó de 800 kilogramos a dos toneladas. Como resultado de eso, 20 camiones podían transportar lo que antes cargaban 50 camiones", que recoge el ABC.
Entidades
Kim Jong-Un imita la escritura de su padre