Refuerzos militares apaciguaron por unas horas el conflicto entre musulmanes uigures y colonos chinos en el oeste del país asiático, mientras las autoridades amenazan con la pena capital a los responsables de las peores protestas en China en dos décadas.
Un millar de chinos de la etnia han se han manifestado este miércoles en la ciudad de Urumqi, capital de la región autónoma de Xinjiang, desafiando a la gran cantidad de efectivos de la Policía antidisturbios que han sido desplegados para mantener la calma y evitar cualquier intento de protesta.
Esta ciudad del oeste de China, capital de una de las regiones más pobres del país, fue sometida anoche a un estricto toque de queda después de que miles de hanes se lanzaran ayer a las calles para pedir justicia por sus compatriotas muertos.
Esta mañana ya se han producido varios choques entre la multitud, lo que llevó a actuar a la Policía y el Ejército, que detuvieron a varios presuntos cabecillas de las protestas, lo que hizo a los manifestantes pedir a gritos que les liberen.
La situación es tan preocupante -1.080 personas están heridas y otras 1.434 han sido arrestadas- que el mismo presidente chino, Hu Jintao, ha decidido regresar de Italia, donde tenía previsto participar en la cumbre del G-8 que comienza esta noche.
"Tenemos miedo de ir acualquier parte"
La tensión entre las etnias han y uigur está presente en cada calle de Urumqi. Esta mañana se podía ver a dos chicos jóvenes en el centro de la ciudad que eran rodeados por una turba que intentaba golpearles. "Tenemos miedo de ir a cualquier parte. Hacer cosas normales se convierte en aterrador", explicaba un hombre de unos 50 años.
Grupos de chinos de etnia han rodeaban a los periodistas que se han desplazado a la zona para expresar su rabia por la actuación policial, ya que tanto ellos como los uigures se quejan de la persecución a la que están siendo sometidos y se culpan mutuamente de las víctimas que han dejado los sucesos violentos.
Los medios dejan de informar
Tres días después de los peores disturbios vividos entre musulmanes uigures y chinos de la etnia han en Urumqi (Xinjiang), que han causado al menos 156 muertos, los medios de comunicación oficiales han dejado de informar de la crisis.
Tanto la agencia de noticias Xinhua -principal mecanismo de comunicación oficial en caso de crisis- como la televisión estatal central CCTV han limitado la cobertura de los distintos sucesos desde el día de ayer.
Xinhua no ha publicado hoy ninguna nota desde Xinjiang al respecto, ni menciona novedad alguna, a pesar de que los periodistas extranjeros desplazados a la zona del conflicto aseguran que los enfrentamientos continúan y que la situación es "tensa", con la población armada y el Ejército patrullando.