La empresa zaragozana ha conseguido cultivar con éxito un ecotipo de caña con altas propiedades para ser utilizada como biomasa para uso térmico industrial. Este año, la compañía comercializará alrededor de 30 millones de plantas en los mercados exteriores, principalmente de Centroamérica y África.
La empresa Biothek Ecologic Fuel, de capital 100% aragonés y la única de este sector en España, aumentará este año su presencia en los mercados exteriores en los que tiene previsto comercializar alrededor de 30 millones de plantas de esta caña como biomasa para uso término industrial, lo que supondrá la venta de 5 millones más aproximadamente en el exterior en comparación con los datos de 2014, según ha explicado Ricardo Lafita, director ejecutivo de Biothek a elEconomista.es
Las ventas en el exterior de la compañía, que suponen alrededor del 95%, se destinarán principalmente a países de Centroamérica y del Sur de África en el que este ecotipo de caña tiene una buena aceptación como uso energético, sobre todo, "para sectores industriales relacionados con el azúcar, cacao o ron porque necesitan tener calor que proporcionan grandes calderas para los procesos industriales".
Un producto que la compañía destina principalmente a los mercados de Honduras para industrias también del sector textil, así como para Costa Rica, México, República Dominicana y Ecuador, así como al Sur de África, zona en la que están comenzando la comercialización.
En general, en estos países se cuenta con plantaciones de este ecotipo de caña, ya que el objetivo es que no haya mucha distancia para transportar las plantas hasta las instalaciones industriales. Un proceso de plantación y producción en el que la empresa aragonesa presta asesoramiento.
Aparte, también se han interesado otros países de Europa como Hungría, Italia y Francia, habiendo visitado recientemente Zaragoza varias delegaciones procedentes de estos estados para conocer cómo se realiza todo el proceso de plantación, cosechado y empacado mecanizado de las cañas.
Además de la actividad en los mercados exteriores, la empresa también está trabajando para aumentar la venta de este producto en el mercado nacional, que en la actualidad supone alrededor del 5%, teniendo presencia principalmente en Valencia, Cataluña y Andalucía, aunque también se han llevado ya algunas plantas a zonas de Huesca como los Monegros y de Teruel. Dentro de España, en 2014, comercializaron un millón de plantas.
En el mercado español la introducción está siendo más lenta que en los mercados exteriores "por la complicada situación económica", pero que tiene muy buena aceptación fuera de España por sus ventajas, ya que este tipo de ecocaña necesita pocos insumos, no requiere de pesticidas, insecticidas y herbicidas -excepto el primer año-, y tiene un fácil manejo. Además, el proceso de recogida es 100% mecanizado.
También es un cultivo con una alta resistencia a daños como vientos, inundaciones y sequías. Su esperanza de vida puede llegar hasta los 20 años y es un cultivo plurianual.
Las ventajas aún son más desde el punto de vista energético, puesto que el cultivo permite tener garantizado el suministro a un precio estable porque esta materia prima solo se destina para biomasa para diferentes sectores como centrales eléctricas y de cogeneración, deshidratadoras, secaderos, papeleras, conserveras, industria cerámica, granjas de porcino o pollos, complejos hoteleros, piscinas climatizadas e, incluso, para distribución de energía por vía pública.
Un desarrollo 'made in Aragón'
Un producto que ha sido fruto de la apuesta de la I+D+i de la compañía, que empezó a investigar sobre la planta Arundo Donax hace más de diez años para lo que se creó un marco de colaboración con la Universidad de Debrecen, en Hungría, país en el que la empresa tiene un laboratorio genético para la micropropagación.
El resultado fue la clonación de esta planta, que se comercializa bajo el nombre de Arundo K12 y que se define por tener una gran capacidad de adaptación.
La compañía dispone de un invernadero de aclimatación en Murcia para que las cañas pasen sus primeras y más frágiles semanas de vida, además de contar con un campo de cultivo en Garrapinillos (Zaragoza). La plantilla está formada por seis personas, aunque puede multiplicarse hasta por seis según la fase del cultivo.