La entidad financiera plantea la presentación de un nuevo ERE, que afectaría a los empleados nacidos entre los años 1956 y 1957. Un colectivo que supone alrededor de 250 trabajadores. Este expediente, que empezará a negociarse a mitad de este mes, tendrá carácter voluntario y previsiblemente se aplicarán las mismas condiciones que en el anterior expediente.
El objetivo de este nuevo expediente es seguir avanzado en el proceso de reestructuración de la entidad tras la integración en Ibercaja de Caja3, además de tratar de ganar en eficiencia.
El nuevo expediente se planteó en el último Consejo de Administración de la entidad en el que se puso de manifiesto la intención de iniciar los trámites legales para comenzar este proceso.
De momento, el expediente no ha sido presentado oficialmente ni se ha trasladado documentación a los representantes sindicales ni al comité de empresa, que tienen que afrontar el proceso de elecciones sindicales el próximo día 15 de enero.
Una fecha a partir de la que, tras la constitución del nuevo comité de empresa, podría comenzar la negociación del ERE entre la representación de los trabajadores y de Ibercaja, según han apuntado fuentes de CCOO Aragón a elEconomista.es
La información que inicialmente se baraja es que el ERE sea de bajas voluntarias como el anterior, afectando a los empleados que hayan nacido en los años 1956 y 1957, es decir, que cumplan 58 y 59 años en 2015.
De esta manera, se prevé que de la entidad puedan salir alrededor de 250 trabajadores, aunque la cifra definitiva no se ha puesto sobre la mesa. Este grupo de empleados se sumaría así a los cerca de 375 que se contemplaban en el ERE del año pasado. Además, la dirección de Ibercaja ya firmó en el año 2013 con los sindicatos CCOO, UGT y CISCA un acuerdo sobre el plan de prejubilaciones voluntarias para un total de 275 trabajadores de la entidad.
Aunque todavía no ha comenzado la negociación de este ERE, los sindicatos esperan que las condiciones sean similares a las del anterior expediente de 2014, que tenía carácter voluntario y que contemplaba la percepción del 80% del salario neto más un plus de 12.000 euros. Unas condiciones que también eran similares a las que se aplicaron a los trabajadores de la entidad que salieron de Ibercaja el año 2013.
No obstante, son condiciones que todavía no se han precisado, si bien en la negociación del anterior ERE ya se apuntó la posibilidad de que se aplicaran a los trabajadores que salieran de la entidad este año.
Tampoco se ha indicado el posible cierre de más oficinas por lo que existe entre la plantilla una cierta preocupación por la movilidad y los despidos que puedan producirse a consecuencia de esta reestructuración, según han apuntado desde UGT Aragón.