
El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, Eloy Suárez, alerta de la grave situación económica del consistorio en el que se ha detectado una deuda oculta de 120 millones de euros contraída con empresas como FCC o TUZSA. No es la única según asegura en una entrevista concedida a elEconomista.es. Un motivo por el que se va a pedir una auditoría para sacar a la luz la realidad de las cuentas municipales.
Desde el PP se viene alertando del estado de las cuentas del Ayuntamiento de Zaragoza de las que el informe provisional de la Cámara de Cuentas reflejaba un desfase de 362 millones de euros. ¿Cómo es la situación económica en el consistorio?
Creo que la situación económica en el Ayuntamiento de Zaragoza es la peor que hubiéramos podido imaginar para esta ciudad en todos los años de democracia. Es fruto de una estrategia preconcebida que es negar la verdad, negar la realidad. Y eso se ha traducido fundamentalmente en una pérdida de calidad de servicios como no ha tenido casi ninguna de las grandes ciudades en este país.
La situación económica del Ayuntamiento de Zaragoza -aunque el informe de la Cámara de Cuentas sea provisional pero con muchos visos de realidad-, se resume en un ayuntamiento que en el año 2011 dice que tiene 5 millones de déficit y que acaban siendo 362 millones de un presupuesto de 650 millones de euros; un nivel de deuda con el que en estos momentos es la cuarta ciudad de España más endeudada; un período de pago a proveedores de 167 días que nos coloca entre las peores ciudades de España y con una subida de impuestos como no ha habido en las grandes capitales.
Pero a pesar de todo esto, lo peor es el empeoramiento de los servicios públicos y, sobre todo, algo que refleja que no ha habido política de izquierdas porque se ha privatizado todo, hasta el alcantarillado.
Las últimas cifras relativas a la deuda del Ayuntamiento de Zaragoza mostraban un descenso según los datos del Banco de España. ¿Sigue siendo la situación económica tan negativa como se reflejaba en el informe provisional de la Cámara de Cuentas?
El problema del Ayuntamiento de Zaragoza es que no cuenta la verdad ni al Banco de España. No se cuenta la verdad ni a Hacienda. Estamos en un sistema que se ha pervertido completamente y que hace que en, estos momentos, en cuestiones tan sencillas como la contabilidad del Ayuntamiento de Zaragoza figure una deuda no superior a 20 millones a TUZSA y a FCC. Se dice en la contabilidad que no se le deben más de 10 o 12 millones de euros, pero la realidad cuando hemos hablado con los contratistas es que se les deben 120 millones de euros a TUZSA y FCC, que no están en ningún sitio apuntados. Al final son facturas en los cajones, deuda oculta? se llame como se quiera llamar. Todo esto no figura en los datos que se remiten al Ministerio de Hacienda. La deuda del tranvía, ¿computa o no computa? Claro que computa, pero de momento el Banco de España no refleja ese cómputo. En definitiva, el problema de esta ciudad es que se está mintiendo constantemente en la economía y a partir de ahí vienen todos los problemas. Hay una cifra oficial que para nada se parece a la realidad económica del Ayuntamiento de Zaragoza. Y este es el problema.
Si hay control desde el Banco de España y del Ministerio de Hacienda. ¿Por qué no salen esas cifras a la luz?
Creo que aquí hay un problema de que debería profundizarse mucho más en los planes de saneamiento que se remiten tanto con los ingresos como con las previsiones de gastos y hacer un seguimiento mucho más intenso. Si eso se hiciera en el Ayuntamiento de Zaragoza, no se parecería en nada la realidad a lo que se está contando. Esto es un problema importante. Evidentemente en el Ministerio de Hacienda están desbordados por el trabajo tan intenso que supone el control de todos los ayuntamientos de España. Parto de que la mayor parte de los ayuntamientos están diciendo la verdad, pero el caso de Zaragoza, es una excepción grave. Este gobierno tripartito de izquierdas tiene un ADN que, quizá, en estos momentos sea negar la realidad económica. Ha sido una constante y un problema a lo largo de toda la legislatura. Con el informe de la Cámara de Cuentas intentaron desacreditar al ponente cuando, en realidad, ese informe fue aprobado por los tres miembros de la cámara.
El informe de la Cámara de Cuentas era provisional y el Ayuntamiento de Zaragoza presentó alegaciones. ¿Les han comunicado ya el informe definitivo?
No sabemos absolutamente nada. Sí es verdad que me sorprende la demora que ya acumula. A estas alturas debería estar resuelto. Desconozco cuáles son los motivos, aunque tengo que decir que me preocupa bastante esa demora y puedo intuir que obedece a muchas presiones, pero creo que lo razonable en estos momentos es decir la verdad por muy dura que sea. Esa es la misión de los órganos de control: decir la verdad y no tapar como se ha tapado muchas veces determinadas cuestiones, que flaco favor hacen a la gestión de las administraciones públicas.
¿Considera necesario hacer una auditoría de las cuentas del Ayuntamiento de Zaragoza? ¿Tomará el PP la decisión de auditarlas si llega a la alcaldía en las próximas elecciones como hizo la presidenta del Gobierno de Aragón Luisa Fernanda Rudi en el ejecutivo aragonés?
Creo que la primera medida es hacer una auditoría para poner patas arriba este ayuntamiento para saber la verdad. Posiblemente, cuando la conozcamos se podrán tomar decisiones, sobre todo, con los antecedentes que tenemos aquí de la mentira y el engaño permanente y de un presupuesto en el que las partidas están infradotadas. Cada año sabemos que no hay consignación suficiente y, aún así, los informes son favorables o no evidencian esa falta de consignación presupuestaria en la magnitud que genera el problema: los proveedores no cobran y se lleva a determinar resultados presupuestarios del ejercicio que son absolutamente erróneos y no se corresponden con la realidad. Si Zaragoza necesita algo, es mucha dosis de realidad y, sobre todo, contárselo al ciudadano. Los ciudadanos tienen derecho a saber que estos cuatro años han sido los peores cuatro años de la historia de la ciudad de Zaragoza en la historia de la democracia en términos de cómo se ha manejado el área económica. El único objetivo ha sido dejar una bomba de relojería para el próximo alcalde que, indudablemente, le va a estallar en pagos, cuestiones atrasadas... que aflorarán. Será una situación muy compleja de gobierno.
¿Qué es lo que puede estallar o aflorar?
Los 120 millones de euros que se deben a FCC y TUZSA porque es una cantidad que a ver cómo se dirigiere con un presupuesto de 650 millones de euros. Los proveedores están ahí y se van a ir al juzgado como ya se ha ido uno. El problema es que aquí se nos ha ocultado que TUZSA ya se ha ido al juzgado. Está reclamando del orden de 50 millones de euros. Tarde o temprano lo ganará y ese día tendrá un documento ejecutivo que le permitirá embargar las cuentas de la ciudad o ir a Hacienda y cobrar con lo cual se pueden colapsar los servicios. Se van dejando bombas o minas que van a hacer muy complicada la gobernabilidad en relación a la gestión económica. Porque si ahora hay un presupuesto de 650 millones y hay que quitar una partida de 50 millones de euros, ¿de dónde quitamos esos 50 millones? ¿De los servicios sociales? ¿De los funcionarios? ¿De los bancos...? ¿De dónde?
Luego hay otra bomba: Zaragoza Alta Velocidad donde la deuda que tiene el Ayuntamiento de Zaragoza hay que hacerla efectiva en la legislatura siguiente y estamos hablando del orden de 100 millones de euros porque se han hecho muy mal las cosas. Se ha generado un problema del IVA con el que la deuda que tendría que pagar el ayuntamiento, en estos momentos, es incalculable.
¿Qué solución se propone desde el PP para el problema de pago a proveedores?
La primera es conocer la magnitud del problema y, para ello, hace falta una auditoría. Sobre eso habrá que sentarse con los proveedores y trazar un plan de pagos. Esto es un problema que se podría haber solucionado con el plan de pago a proveedores del Gobierno de España en el que el Ayuntamiento de Zaragoza fue el número uno en el ranking pidiendo 170 millones de euros, pero es que había que haber pedido 270 millones. No quisieron reconocer lo que era ya un escándalo nacional. Arrastramos ahí una deuda encubierta que, evidentemente, habrá que resolver siendo serios y no como ha hecho este gobierno judicializando los temas como los 4 millones que se deben a la sociedad del Aeropuerto de Zaragoza, que se siguen recurriendo y que estallarán. Hay un montón de problemas en los juzgados con los que se trata de ganar tiempo para que al que venga le explote todo: intereses de demora, expropiaciones... En definitiva es difícil de encontrar tanta irresponsabilidad en un Gobierno a la hora de la gestión como hemos tenido en esta legislatura.
Desde el PP también han alertado del incremento de las subvenciones en el Ayuntamiento de Zaragoza y han cuestionado los criterios de su concesión.
En subvenciones se ha pasado a incrementar en un 50% las concedidas a dedo. Al final, el ADN de un tripartido radical de izquierdas es el reparto de subvenciones para comprar voluntades o votos. Y esto se ha llevado a rajatabla. No habrá habido una legislatura en toda la democracia como esta en que se haya generado una red clientelar tan grave y tan potente como la que se ha generado con el reparto de subvenciones. Ahí la cabeza es IU, que lo único que le ha preocupado es su red clientelar.
Desde el Ayuntamiento de Zaragoza se han anunciado medidas para controlar las subvenciones. ¿Secundan la propuesta?
Se va hacer en la legislación que viene, es decir, que hay cuatro años en los que nadie quiere saber nada. Nosotros solicitamos una auditoría de estos cuatro años y se votó en bloque que no. La próxima corporación se va a encontrar con que se le va a auditar, que nos parece bien, pero ¿y estos cuatro años? Sencillamente, se mira hacia otro lado porque no se puede explicar nada. Lo estamos viendo estos días. En subvenciones para comidas solidarias, hay más del 50% en gastos de personal. ¿A quien se ha contratado? ¿Quién trabaja? ¿Con qué sueldos? ¿Por qué se tira todo ese dinero?
Desde el PP también han alertado del elevado gasto de alcaldía. ¿Qué cantidad consideran que debería gastarse?
Lo mínimo de lo mínimo. No me atrevo a dar una cantidad, pero es que las cantidades tienen que ser exiguas porque hay otras prioridades en estos momentos que demandan otros recursos y, sobre todo, porque al final la etapa en la que nos toca vivir es un ejemplo de decencia democrática y de regeneración democrática. Los chollos se tenían que haber acabado hace mucho tiempo. Y hay un ejemplo que, evidentemente al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, le ha dado igual, pero que lo refleja todo: el pago de las manzanas. ¿Por qué los ciudadanos de Zaragoza tienen que pagar tres o cuatro euros todos los días de sus impuestos para que el alcalde coma manzanas? Si las quiere comer, que se las pague, que es lo que haría cualquier persona. Aquí no. Aquí se ve como algo normal que los ciudadanos paguen. Hay que acabar con todas estas cosas como también hay que acabar con los 14 coches oficiales que hay en el parking. Todos los tenientes de alcalde tienen coche, el alcalde tiene dos coches... y hay abuso.
Desde el PP planteamos medidas de ahorro. Por ejemplo, nosotros solicitamos un receso en los plenos para que cada uno nos fuéramos a comer. Fue una decisión del alcalde no querer parar los plenos. A nosotros nos da igual si el pleno dura 18 horas que 22 horas. En la próxima Junta de Portavoces vamos a pedir que se acaben las comidas del pleno.
El Ayuntamiento de Zaragoza está ahora elaborando los presupuestos para el año 2015 y el PP se ha ofrecido a llegar a un acuerdo. ¿Pero qué líneas no están dispuestos a traspasar?
Básicamente lo que hemos venido manteniendo en toda la legislatura: que se diga la verdad, la dotación real de las partidas presupuestarias y la rebaja de impuestos. Sobre estas cuestiones ya estamos dispuestos a hablar de todo, pero fundamentalmente de lo que hemos planteado. ¿Por qué? Porque la ciudad no puede estar sin presupuesto. Una ciudad que está sin presupuesto, es una ciudad que no piensa en una política para generar empleo. Y, en estos momentos, es el problema importante, aunque las últimas noticias de los datos del paro hayan sido más positivas, pero hay que trabajar en generar empleo.
¿Qué medidas proponen para generar empleo?
Nosotros planteamos una ordenanza fiscal para favorecer la generación de empleo en las empresas que vinieran a Zaragoza y se instalaran por primera vez haciendo una serie de deducciones con el ánimo de fomentar más empresas y facilitarles ese tránsito inicial. Creemos que el IBI y las plusvalías están machacando literalmente a los ciudadanos y proponemos la reducción de esos dos impuestos básicamente. También un análisis de los distintos servicios que presta el ayuntamiento para revisar las tasas y los precios públicos para tratar de ajustarlos a la realidad. Indudablemente habrá algunos en los que se pague más de lo que se debería, pero habrá otros en los que se pague menos. Se trata de hacer un estudio serio y sobre eso tomar decisiones.
En esta ordenanza, que llamamos de emprendedores, está planteado el primer establecimiento de local, la primera apertura, reducciones en el IBI... En general es reducir costes operativos que están pesando mucho en las decisiones de ubicarse en una ciudad u otra. Hace tiempo que hay ciudades en este país que se están preparando para cuando la economía repunte y están impulsando ordenanzas de este tipo. Por ejemplo, Madrid es una ciudad a la que le está funcionando. En tanto, Zaragoza no ha querido prepararse para eso y ha incrementado de forma importante la carga impositiva. El fuerte incremento del IBI ha provocado que alguna empresa casi se deslocalizara por esta cuestión, pero el gobierno ha sido completamente insensible. Nosotros avanzamos en la línea justo contraria. Creemos que hay que favorecer la ubicación de industrias y, por lo tanto, hay que hacer una política impositiva diferente.
En esta ordenanza, que puede ayudar a la ciudad de Zaragoza a generar empleo, es en la que hemos insistido mucho, pero con poco éxito porque no se quiso aprobar por el órgano de gobierno. Fue tumbada en tres minutos, no le dedicaron mucho más.
Habla de medidas para empresas que se instalen en Zaragoza, ¿pero cuáles son las propuestas para las que ya están ubicadas?
Una reducción del IBI es para todo el mundo. Además, hay que estudiar todas las ordenanzas de prestaciones de servicios.
Hablando de servicios, anteriormente mencionaba precisamente la pérdida de servicios que se ha producido en Zaragoza como consecuencia de la situación económica del ayuntamiento.
El problema del tripartido es que, como no paga, no puede exigir a las concesionarias. La concesionaria del autobús en estos momentos no remodela su flota cuando el pliego de condiciones dice que había que revisar los autobuses. Y no se está haciendo. También dice que había que poner marquesinas, que no se están poniendo... ¿Por qué no se exige eso? Cuando se le deben 60 millones de euros, uno no está en condiciones de exigir. Con FCC, ¿qué pasa? Que cuando se le debe una cantidad parecida, no se puede exigir más limpieza y mejoras en el servicio porque se está incumpliendo el contrato porque no pagas. Cuando no pagas no tienes la capacidad de exigirle a otro que cumpla. El Ayuntamiento hace dejación de funciones en la exigencia de la contraprestación de determinados servicios o, incluso, en el urbanismo. En el momento, en el que las grandes contratas o los proveedores sepan que al menos hay una administración responsable que quiera pagarles todo mejorará como ya pasó con Luisa Fernanda Rudi, que llegó e hizo un plan de pago a proveedores y, a partir de ahí, todo mejoró.
Desde el PP se ha comenzado una campaña para saber la opinión de los ciudadanos y comerciantes sobre la segunda línea del tranvía que se propone desde el Ayuntamiento de Zaragoza. ¿Cuál es la opinión que se está constatando?
El ayuntamiento ha decido gastarse 1,5 millones de euros para saber cómo se construiría el tranvía. Una cantidad que puede ir a la basura porque mi sensación es que es una infraestructura que, de todos los que hemos consultado puerta por puerta en Delicias, no la quiere nadie. Pero me quedo con una frase que es el común denominador de esa inversión: si no hay recursos económicos, hay otras prioridades mucho más importantes que la segunda línea del tranvía en esos momentos. Esa es la frase que más se repite en el día a día de las personas que vamos preguntando.
Pero, aparte hay otra pregunta: ¿cómo se paga la segunda línea del tranvía con una carga económica de deuda tan potente como tiene el ayuntamiento? Es la ruina. Aún no sabemos nada de la primera fase del tranvía. Es la obra fantasma. No se nos ha entregado ni un solo papel. ¿Qué se esconde detrás? Ya digo que una de las medidas será una auditoría de la ejecución de la obra del tranvía y ya apunto que los zaragozanos se echarán las manos a la cabeza.
Quedan pocos meses para que haya elecciones municipales. ¿Repetirá como candidato por el PP a la alcaldía de Zaragoza?
Quiero repetir, pero la decisión en última instancia es de mi partido. Llevamos tres años trabajando para un proyecto que va a pivotar sobre la gestión económica y la movilidad para resolver el problema de la ciudad porque no puede ser que el 20% de los ciudadanos sean privilegiados y el 80% tenga menos líneas para desplazarse.
Otro de los ejes va a ser un nuevo urbanismo con una ciudad compacta en la que se recupere el centro de la ciudad para los ciudadanos. En definitiva, una ciudad mucho más mediterránea y luego, que duda cabe, que la generación de empleo y la ordenanza de emprendedores es otra de nuestras apuestas. Junto a eso está la política social -porque todavía hay una parte importante de gente que lo pasa mal- y una profunda regeneración democrática en esta casa porque hace falta mucho oxígeno, abrir las ventanas y que entre aire nuevo.
¿Qué medidas propone de regeneración política para el Ayuntamiento de Zaragoza?
Nosotros ya hemos predicado con el ejemplo. Es decir, el patrimonio, los bienes... ya los publicamos hace mucho tiempo. El PSOE ha ido a remolque y todavía en la página web oficial somos los únicos. A partir de ahí, reducción de gastos de alcaldía, reducción de gastos de coches oficiales... y mucha más transparencia en todo lo que es la gestión pública porque no puede ser que tengamos que buscar los expediente debajo de las mesas porque se nos están escondiendo literalmente y que no tengamos información del tranvía después de tres años. También vemos que tiene que haber más conexión con la ciudadanía, más medidas de regeneración democrática y control.
En las anteriores elecciones municipales, se presentó como candidato al Ayuntamiento de Zaragoza y ganó en las urnas pero no llegó a la alcaldía. ¿Está a favor de que se modifique la legislación para que sea alcalde quien más votos reciba?
Estoy a favor de que los ciudadanos sepan a qué candidato eligen para la alcaldía porque los que votaron a IU no pensaron que Juan Alberto Belloch sería alcalde porque sino le hubieran votado a él y los de CHA, lo mismo. Por lo tanto, el ciudadano tiene derecho a elegir un cargo que está tan directamente vinculado con el ciudadano como es el de alcalde. Si eso pasa por una primera vuelta y las dos listas más votadas van a una segunda vuelta, pues esa es la solución, pero lo que no es razonable es que tengamos alcaldes en este país con el 8% de los votos por los pactos que no se cuentan antes de las elecciones y que, luego, en un despacho, por intereses de partido, se deciden otras cosas. Eso no es bueno para la democracia y, sobre todo, no es bueno para el sistema local. Un cargo tan especial como el del alcalde con una vinculación tan directa necesita elecciones directas.
¿Qué escenario contemplan para las próximas elecciones municipales en las que se prevé que irrumpan nuevas formaciones políticas?
Vivimos momentos convulsos en donde tenemos una sociedad fuertemente desencantada de la política y, por lo tanto, esto hace que no se pueda hacer una previsión de los resultados. Estoy convencido de que, cuando nos acerquemos a las elecciones, todo se va a serenar y fundamentalmente cuando veamos los programas electorales y la credibilidad de los programas y de las personas. Dicho esto, es verdad que está apareciendo alguna fuerza política, como es el fenómeno de Podemos, que indudablemente es fruto mucho más de plantear medidas "en contra de" que las que harían ellos porque este es un partido que se ha generado "en contra de". Tengo ganas de ver un programa electoral local o autonómico. Al final, la política está para resolver problemas y tengo la sensación, por lo menos por lo que vi el otro día en el último congreso de Podemos que nadie habló de empleo. Todas las propuestas eran de deuda, sanidad o educación, pero el empleo no aparecía por ningún lado. Eso ya casi lo dice todo. No saben cómo solucionar el problema de generar empleo, que es tan importante.