Especializada en panadería y pastelería artesana, se ha marcado el objetivo de dar el salto fuera de la comunidad aragonesa.
Voy camino de mi cita con Lorena del Río, fundadora de Dolce Vita junto con su marido Fernando Rojas, para hablar de su experiencia en Dolce Vita. Una empresa que nació en Zaragoza en el año 2009 y que está especializada en productos de panadería, confitería y pastelería artesanal. Y ya estoy cerca porque toda la calle empieza a oler a bollería recién hecha. Este precisamente es el secreto de esta empresa: la preparación artesanal de todos los productos y la recuperación de técnicas tradicionales como la masa madre para la elaboración del pan. Una base sobre la que se asienta la ampliación del concepto de negocio en el que están trabajando y del inicio de su expansión por España.
Y, aunque el éxito ha sido fruto de años intensos de trabajo y de estar pendientes de hasta el más mínimo detalle -siempre están al frente de sus tiendas-, la realidad es que la empresa comenzó por casualidad. Fernando Rojas trabajó durante 14 años en una cadena de alimentación ocupando puestos de responsabilidad, pero tenía la necesidad de probar algo por sí mismo. Y así empezó a gestarse esta idea basada en ofrecer al cliente un producto diferente y diferenciado que no existía, a pesar de que ya empezaba a llegar a España la "fiebre" por los cupcakes y otro tipo de repostería y pastelería poco habitual en el país.
El comienzo de la actividad no fue tal y como se esperaba. Fernando Rojas, a dos días de la inauguración del primer establecimiento, se quemó las manos. Lorena del Río, que trabajaba como Jefa de Ventas en Eroski en Madrid, tuvo que solicitar una excedencia en su trabajo para ponerse al frente de negocio. "La tienda estaba montada ya. Todo estaba listo y no había marcha atrás. Era la única solución". Así comenzó a formar parte de esta idea empresarial, que hoy está formada por tres tiendas. Cuando acabó su excedencia tuvo que pedir otra. En este período de tiempo, fue cuando Lorena del Río se dio cuenta de que "no podía dejar Dolce Vita porque formaba parte de las tiendas". No cumplió todo el periodo de la segunda excedencia que solicitó y optó por dejar su trabajo habitual para seguir su andadura en Dolce Vita y desarrollar todo lo que comenzó como una panadería-pastelería introduciendo más novedades. Por ejemplo, "introdujimos el café para llevar, concepto que no existía hasta entonces, además de traer productos europeos de delicatessen e incorporar productos diferentes".
Esta ha sido la fórmula para "atraer clientes que buscan otras cosas, además de por el trato directo y exquisito". En los establecimientos Dolce Vita, se pueden encontrar productos artesanales, ecológicos y gourmet, una auténtica boutique del pan con diferentes tipos de panes elaborados con harinas ricas nutricionalmente y saludables, repostería recién horneada, confitería nacional e internacional con cookies, cupcakes o plum cakes, y la pastelería con tartas exclusivas, entre otros. Son productos que se pueden ver en sus vitrinas, incluyendo versiones "mini" para darse un capricho sin remordimientos. Además, se sirven, por ejemplo, desayunos a domicilio, se pueden comprar productos artesanos como mermeladas que tienen en sus vitrinas, preparar regalos y sorpresas o solicitar el servicio de catering. "Todo lo que se trabaja en la tienda está hecho 100% artesanalmente y si no está elaborado en un obrador que lo hace tal y como queremos. La calidad es muy importante y no utilizamos nunca grasas trans en ningún producto".
La idea de negocio se ha ido ampliando con el paso de los años incorporando más productos como vinos, sangrías, zumos? de pequeñas empresas artesanas y que se pueden adquirir en la tienda, así como línea take away para llevar a casa o a cualquier lugar los productos que se deseen, pudiendo elegir entre una amplia gama de dulces y salados (bocadillos, sándwiches, pizzas artesanas?), que igualmente se ofrecen para tomar en el local.
Y poco a poco van incorporando más ideas de negocio porque la cabeza de Lorena del Río y de Fernando Rojas no para de pensar y se nota en la conversación que mantenemos en la que van fluyendo más novedades para incorporar al negocio. "Estamos en pleno desarrollo de poner mesas en los establecimientos. Creemos que le podemos sacar más partido", añade Lorena del Río. Además, se quiere ofrecer a los clientes menús a mediodía elaborados, pero "sanos, naturales y ligeros, como si se comiera en casa", que podrían extenderse también a media tarde con sándwiches o bocadillos y también para cenar. Próximamente se incorporará una gama de chocolates a la taza artesanos y bombonería.
La evolución del negocio es clave porque en este sector hay modas. "En su día fueron los cupcakes y era lo que más vendíamos. Ahora no, la gente busca otros productos". La diferenciación ha sido también fundamental porque en los últimos años han aparecido negocios similares "pero no dejan de ser franquicias con masa congelada. Cuesta encontrar obradores, pero nosotros lo hemos conseguido para ofrecer productos artesanos. Al probarlos se nota enseguida. Además, hemos contribuido a darles continuidad a muchos obradores".
La ampliación del modelo de negocio va pareja a la expansión de Dolce Vita. "Fernando y yo nos ocupamos de las tiendas que tenemos y no podemos abrir más propias porque no podríamos atenderlas adecuadamente. Nuestro modelo nos impide crecer así por lo que estamos trabajando en hacer el modelo de franquicia". Esta vía permitiría a Dolce Vita abrir más tiendas e, incluso, franquiciar una de las tres que tienen en la actualidad para centrarse exclusivamente en dos tiendas.
La expansión se quiere realizar fuera de Zaragoza, donde surgió la idea y están los tres establecimientos, y de Aragón. Entre las ciudades que tienen en mente se encuentran Madrid, Reus y Barcelona porque "son sitios punteros. Por ejemplo, en Barcelona no existe este modelo de negocio porque los establecimientos que hay utilizan masas congeladas".
Esta línea de negocio también la han completado con el servicio de consultoría para asesorar a las personas que, aunque no quieran abrir bajo el nombre de Dolce Vita, estén interesadas en poner en marcha este tipo de negocio.
TodA una labor en el que tanto Fernando como Lorena han utilizado su experiencia y conocimientos de los empleos anteriores y para el que no han tenido problemas serios de financiación. "El proyecto estaba muy claro. Empezamos a trabajar con Caja 3 y ahora estamos con Bantierra y el Banco Sabadell". Eso sí, "todo el dinero que ganamos lo invertimos. Nos dejamos llevar más por el corazón que por los números". Y la fórmula ha dado buenos resultados porque desde el principio viven de su idea ya convertida desde hace cinco años en realidad.