Aragón

Salvador Domingo: "Vamos a acompañar a las empresas para que lleguen a la cima de la innovación"

El director gerente de ITAINNOVA explica en una entrevista a elEconomista.es el cambio de estrategia del Instituto Tecnológico de Aragón para estar más cerca de las empresas y ayudarles en su camino a la innovación. Un nuevo rumbo en el que se contará con más líneas de trabajo y nuevas instalaciones y con el que el instituto espera seguir creciendo y obtener resultados económicos positivos. En el año 2013, creció el 368%.

El Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) pasa a denominarse ITAINNOVA. ¿Cuáles son los motivos de este cambio?

El ITA sigue siendo el Instituto Tecnológico de Aragón y continúa teniendo la misma razón social. Hemos cambiado el logo, que es la parte más visible, y configurado ITAINNOVA para una mejor posición en el mercado y llegar mejor a las empresas a través de este logo que incorpora nuestra propia actividad en el nombre. Y, ¿por qué? Por varias razones. Una de ellas es porque el antiguo nombre en su acrónimo es una palabra muy repetida en el mundo de los acrónimos y eso hace que el posicionamiento en redes sociales e Internet no fuera todo lo bueno que deseábamos. De esta forma nuestro objetivo es posicionarnos mejor y, sobre todo, que el mercado y las empresas nos identifiquen mejor, que conozcan qué somos y qué ofrecemos.

Y hay otro por qué. En el instituto, que es el único que siendo centro tecnológico es público, tenemos una evolución de casi 30 años de historia y nuestro modo de financiación, nuestro equilibrio financiero, se basa en una autofinanciación próxima al 90%. Esto quiere decir que el ITA tiene que ganar en el mercado y en las empresas, que suponen el 60% de nuestra financiación, o en la financiación pública competitiva donde tenemos el 30% de nuestros ingresos. Sólo el 10% son subvenciones públicas. Esto nos obliga a tener que preocuparnos por mantener ese 90% y, en su caso, incrementarlo, aunque resulta difícil.

En este mundo tan cambiante y competitivo en el que nos encontramos, hemos considerado necesario y, por supuesto conveniente, tener una posición mejor que refuerce nuestro Marketing frente a la sociedad, las empresas y el mercado ofreciéndole los productos y servicios del ITA de una forma más directa y más proactiva con el objetivo de vender más.

Este cambio, ¿qué va a suponer para las empresas?

Se va a trabajar en incrementar la aproximación a las empresas. Ya hemos avanzado en una segmentación tanto del mercado como de los productos que ofrece el ITA. Estamos configurando esa segmentación, una serie mercados a los que el instituto se dirige y se va a dirigir con más profusión, y también una gama de productos al objeto de casar mejor el mercado con los productos.

Hay que partir de la base de que el ITA tiene carácter horizontal y que tenemos un amplio abanico de mercados y un amplio espectro de servicios y no nos es fácil tener una oferta que pueda ser fácilmente comprendida por las empresas. No son productos trillados, sino que son productos o servicios que están cambiando y redefiniéndose para seguir estando en el límite del conocimiento y de la realidad. De ahí, ese esfuerzo de comunicación, clasificación, segmentación... Para dirigirnos a cada una de las situaciones de las empresas con aquellas cosas que hace el ITA que puedan ser de su interés.

En este trabajo estamos haciendo un marketing específico en el que estamos inmersos y seguiremos porque, al final, el objetivo es vender más y eso pasa por ese trabajo intermedio de tener una presencia, de unos mecanismos o herramientas para acercarse a las empresas y que éstas puedan comprender la complejidad del producto de un instituto tecnológico.

¿Va a haber un mayor servicio de acompañamiento a las empresas?

Ese es el objetivo final. La innovación en el logo se ha representado como una escalera de la innovación, como escalar una montaña, un gran obstáculo. La empresa a veces tiene problemas para hacerlo sola porque las dificultades tecnológicas que se interponen en el camino no puede resolverlas por sí solas. Entonces el ITA hace esa labor de acompañamiento de la empresa, hace de sherpa, para que la empresa pueda ascender esa pendiente dura de la innovación para llegar a la cima. En esa vinculación, la empresa y el ITA forman un tándem. El instituto pasa a formar parte de esa empresa para acompañarla, para llegar a un objetivo final que no está predeterminado. Y en ese camino, el ITA acompaña de forma vinculada a la empresa a hacer ese recorrido, trabajando, apoyándose juntos. De ahí, el símil de la montaña y el sherpa.

¿A qué empresas se dirigen principalmente los servicios de ITAINNOVA?

Nos dirigimos al mercado de las pequeñas y medianas empresas y en las que su departamento de I+D+i no tiene capacidad ni puede tener la capacidad técnica suficiente para que la empresa resuelva por sí sola sus necesidades de I+D+i. Ahí es dónde el ITA y otros centros tecnológicos tenemos un papel por cubrir: aportar ese conocimiento y saber hacer específico para lograr los objetivos de la empresa ya sea en procesos o en productos.

¿Se van a desarrollar nuevas líneas de trabajo?

Hay dos o tres líneas de trabajo en las que en el ITA queremos profundizar nuestra presencia: el campo de la robótica aplicada a las fábricas del futuro para mejorar los procesos de fabricación y a la automatización de la producción. Otro sector en el que queremos profundizar es la aeronáutica. Estamos trabajando en materiales, en la unión de materiales y nanomateriales y composite diversos aplicados a la aeronáutica y en otros campos. Queremos crecer en estos campos. El objetivo para los próximos años es ir avanzando. Otro sector en el que nos desarrollamos es el apoyo a la logística porque forma parte de todos los sectores económicos y es importante.

En esta etapa, ¿se van a centrar más en trabajar con empresas a nivel mundial?

El objetivo final es apoyar a las empresas. Tenemos especial interés en apoyar a las empresas aragonesas, pero también a la española, europea y a nivel mundial. Si sólo nos centramos en la empresa aragonesa, correríamos el riesgo de estar limitados y no conocer otras esferas en las que trabaja la I+D+i y, por lo tanto, quedarnos anquilosados.

El ITA, para esa adquisición de conocimiento y poder trasladarlo al tejido empresarial aragonés, necesita tener contacto y trabajar con empresas, centros europeos y mundiales. Buscamos el equilibrio. Nuestro objetivo es que el mercado es el mundo. Hemos trabajado con empresas alemanas, coreanas, con socios europeos de distintas regiones y nacionalidades en proyectos europeos y multinacionales de diversos sectores.

Recientemente, han ampliado instalaciones con la cámara semianecoica.

La cámara semianecoica es para trabajos de análisis de compatibilidad electromagnética. El ITA ya es referencia a nivel español en el campo de la certificación en el análisis de compatibilidad electromagnética de aparatos que se analizan para verificar que no emiten radiaciones perjudiciales para la salud y ni para otros aparatos, lo que se hace midiendo lo que emiten en un ambiente protegido y aislado del mundo exterior para que cumpla las normas porque no se pueden vender productos sin esa certificación. Ya lo hacíamos con otra cámara más pequeña. Además, tenemos muy buenos equipos móviles que hemos llevado a países para medir emisiones de, por ejemplo, trenes o tranvías que venden las empresas españolas. Hemos ido por ejemplo a Bogotá y Estambul para hacer esas certificaciones. Con esta cámara se aumenta la capacidad y vamos a crecer más. Es la cuarta cámara que existe en España -también hay en Madrid, Barcelona y Málaga-, y la más moderna.

El ITA tiene un modelo de financiación que no es habitual en centros tecnológicos.

Este modelo de financiación es especial. No todos los centros funcionan con el mismo esquema. Hay centros públicos en los que hay más financiación pública y que tienen líneas de I+D+i no condicionadas por el mercado, sino de libre decisión. Luego el resultado de esa investigación puede o no servir para algo, puede no tener retornos.

Hay un problema serio en el sistema de I+D+i español y es que habiendo invertido mucho dinero público en I+D+i, los retornos son inferiores a lo deseable. El modelo del ITA, por la ley de 1997, establece el objetivo de tendencia a la autofinanciación, de vivir del propio esfuerzo. Desde esa fecha, el esfuerzo ha sido continuado y se ha ido mejorando su enfoque y para lograrlo ese enfoque ha sido hacia la empresa, hacia sus problemas de forma tal que la empresa paga el coste del desarrollo, de su problema de I+D+i.

Esto lleva a pensar que este enfoque tiene alguna virtud porque, si las empresas pagan por sus servicios o productos, nos lleva a pensar que estamos en el enfoque correcto puesto que lo que hacemos es demandado por las empresas. Nos adaptamos a la demanda de las compañías e identificamos con ellas esa problemática y la acompañamos en la búsqueda de soluciones de innovación. De ahí ese esfuerzo para llegar a la empresa y que nos identifique como su mejor guía para la innovación.

Todo esto se junta con una enseñanza que se habrá sacado de la situación económica que hemos atravesado: solo las empresas innovadoras, que han sido capaces de renovarse, de crear, de innovar... han superado la crisis. La no innovación y quedarse quieto no lleva a un futuro prometedor. Más bien lleva a malas consecuencias. De lo cual, hay una deducción. Las pymes van a tener la necesidad de que para sobrevivir en un mundo tan competitivo como en el que estamos van a tener que reforzar su inversión en innovación, en adaptarse a las necesidades de su mercado. En caso contrario, el resultado es el paro. Si se innova, se crea empleo. La empresa que no ofrece productos y servicios que el mercado demanda, muere. Pasa siempre, pero ahora más concentrado por la crisis. La única manera de salir es que cada empresa innove. En el ITA estamos en esa adaptación al medio, de dotarnos de una herramienta de comunicación y métodos de trabajo para hacer un esfuerzo mayor para cumplir ese esquema de financiación de 10% de subvenciones públicas, 30% de financiación competitiva y 60% por los trabajos que realizamos. Es un modelo optimizado que tratamos de mantenerlo dentro de un mundo competitivo porque la globalización está ahí para todos.

¿Qué balance económico han obtenido en 2013?

Ha sido un buen año. El resultado del ejercicio es de 0,65 millones de euros. Hemos crecido el 368% sobre el año anterior. En 2011 registramos pérdidas y en 2012 tuvimos un resultado positivo. El 2013 ha sido mejor y tenemos que continuar luchando por sobrevivir. El volumen de negocio total es de 14,4 millones de euros con esa composición del 10% de subvención directa, 30% por ciento de financiación competitiva y 60% por ingresos por los trabajos realizados. En cuanto a clientes, han sido 1.114 clientes, con un ligero crecimiento sobre el año anterior del 8%.

¿Qué previsiones tienen para 2014?

Para el mundo de la I+D+i va a ser un año difícil porque hay dos o tres componentes que van a tener un comportamiento negativo para el sistema. Están finalizando los programas nacionales y europeos dentro del VII Programa Marco y nace con retraso el nuevo Horizonte 2020. El mundo de la economía de la empresa va a arrancar, pero lo va a hacer con lentitud y con unos limitados apoyos públicos. Eso me lleva a pensar en empresas dubitativas. Va a ser un entorno difícil dentro de un año difícil. Nosotros queremos hacer despliegue comercial con esfuerzo de marketing y otro año, con un entorno menos difícil, será el momento para crecer.

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