Rudi asegura que las prioridades del Ejecutivo aragonés se centran en el mantenimiento del gato social y que tanto el rigor como la transparencia seguirán estando presentes en su política.
Con la dimisión del consejero de Hacienda José Luis Saz, se abre una nueva etapa en el Gobierno de Aragón en la que, sin embargo, se seguirán manteniendo algunas de las líneas que ya se han venido desarrollando.
Según ha explicado la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, las prioridades del Ejecutivo aragonés son el mantenimiento del gasto social, además de lo que corresponda en el ámbito de la microeconomía a la Administración autonómica. Aparte, Rudi ha incidido en la importancia del control del déficit por ser una condición necesaria, pero no suficiente, para la recuperación económica.
Con los nuevos nombramientos, el objetivo es dar también un nuevo impulso al Gobierno aragonés en el que se seguirá apostando por el rigor y la transparencia.
Un impulso en el que el nuevo consejero Javier Campoy jugará un papel importante desde el próximo lunes, ya que previsiblemente tendrá que elaborar un nuevo plan de ajuste para conseguir el objetivo del déficit para lo que se está a la espera de recibir el informe descriptivo de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) para tomar las medidas necesarias analizando programa a programa el gasto de cada departamento.
La presidenta ha mantenido las explicaciones que ha venido dando días atrás sobre la recaudación incierta de 96 millones de euros en 2013 y que habría sobredimensionado la cifra final del déficit computado por el Ministerio de Hacienda.
Rudi ha insistido en no reconocer la cifra de déficit del 2,06% apuntada por el Ministerio de Hacienda, si bien considera que es imputable el exceso de dos décimas porcentuales en 2013 a la gestión del Gobierno, lo que supone entre 80 y 90 millones de euros.
