Ayer se publicaron los datos de IPC de junio en Alemania y Francia. En ambos casos se quedaron por debajo de lo esperado: el 2,0% y el 2,2%, respectivamente, en tasa interanual. Estas cifras sugieren que la tasa de la zona euro será revisada a la baja, lo que concede mayor margen al BCE para pensárselo antes de volver a subir los tipos. No obstante, con el petróleo casi en 77 dólares, es casi inimaginable que Trichet no suba los tipos de nuevo en agosto.