Por si alguien todavía dudaba del enfriamiento del mercado inmobiliario en EEUU, ayer llegó un dato demoledor: las solicitudes de hipotecas cayeron el 6,7% la semana pasada hasta su nivel más bajo (ajustado estacionalmente) desde mayo de 2002. En términos interanuales, las solicitudes han bajado el 31% en lo que va de año; un descenso mucho mayor que el de la venta de viviendas, que ha bajado el 6% en los últimos 12 meses en el caso de la nueva y un 7% en el de la usada. Esta caída empieza a ilustrar el efecto de las 17 subidas de tipos de la Fed. El mercado inmobiliario es clave para el aterrizaje suave o brusco de la economía norteamericana, ya que el consumo privado depende en gran medida de la sensación de riqueza de los consumidores.