Por Juan Marín. Vicepresidente y consejero de Turismo,
Regeneración, Justicia y Administración Local
de la Junta de Andalucía
Los andaluces somos todos aquellos derechos y
avances que hemos conquistado de la mano, junto al
resto de ciudadanos españoles, con nuestro sacrificio,
nuestra generosidad y nuestro inequívoco espíritu de
progreso colectivo. El 28 de febrero celebraremos los
39 años de la autonomía andaluza como la mayor etapa de
convivencia, bienestar y desarrollo social que hemos conocido.
De la mano del 40 aniversario de la Constitución Española,
conmemoramos el marco nacional y autonómico en el que
vivimos con la necesidad de mirar agradecidos al pasado, pero
sobre todo, de buscar con ambición un futuro mejor para todos
los andaluces y andaluzas. Hace cuatro décadas nuestros padres
se dieron la mano para construir un proyecto colectivo de País
primero, y de Comunidad después. Se aparcaron las diferencias
de unos y otros. Se aparcó el daño de la dictadura. Se
recuperaron las libertades. Se perdonó. Se estrecharon manos
irreconciliables tiempo atrás. Se firmaron acuerdos. Y por encima
de todo, se suscribió un compromiso de avanzar juntos.
Con sus luces y sombras, la España constitucional y
autonómica, surgida de la Transición, es el gran legado que se
dejó a nuestra generación. Hoy, afrontamos momentos decisivos
para ser dignos de ese legado y construir avances y realidades
que permitan a nuestros jóvenes desarrollarse en una sociedad
mejor, en un Estado de Bienestar sostenible, en un escenario de
oportunidades económicas y laborales, y que les ofrezca un
futuro en su tierra a la altura de su capacidad y preparación.
El nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía es un proyecto de
avance y progreso individual y social para los andaluces.
Comprometidos con la necesidad de regenerar nuestras
instituciones y de devolverlas a la ciudadanía, recuperando la
confianza perdida por los escándalos y garantizando los
principios de transparencia, objetividad, mérito y eficacia.
Comprometidos con el desarrollo del potencial económico de
nuestra tierra. Obligados a luchar contra la lacra del desempleo
que nos ha llevado a los peores datos de empleo.
Responsabilizados con la necesidad de ofrecer Andalucía como un espacio de oportunidades a quienes quieran generar riqueza y trabajo aquí. Comprometidos con la necesaria mejora y extensión de los servicios públicos. Decididos a luchar contra el abandono escolar, a mejorar la sanidad pública, a proteger a las mujeres de la violencia machista, a agilizar las ayudas a la
dependencia. Casi cuatro décadas después, defender la
autonomía de Andalucía es defender el derecho de los
andaluces a vivir en una Comunidad llena de oportunidades,
atenta con las necesidades sociales y a la altura de los
comportamientos éticos que se espera de sus gobernantes.