Por Manuel Alejandro Cardenete. Catedrático de Economía. Vicerrector de Posgrado. Universidad Loyola de Andalucía
Salir de la zona de confort. ¿Esto quiere decir con una tasa de paro de más del 23%, Andalucía está acomodada? Pues sí. Y eso es precisamente lo que parece que ha indicado el resultado electoral del pasado 2 de diciembre. Podemos darle las vueltas que queramos, pero la realidad parece indicar que después de 36 años de gobierno monocolor, los andaluces queremos un cambio. En el momento que escribo estas líneas aún no hay un gobierno del centroderecha cerrado. El juego no ha hecho más que empezar. Es lógico. Cada uno mueve su ficha a la espera del movimiento del otro. Esto en microeconomía se le denomina el Modelo de Stackelberg, o modelo de líder y seguidor. Y al final el modelo converge. Es decir, que habrá gobierno de coalición y cada uno, me refiero tanto a Ciudadanos como al Partido Popular, intentará controlar las Consejerías que puedan cerrar en el acuerdo para trasladar a la ciudadanía su impronta. Aún no sabemos si esto se producirá con el apoyo expreso o implícito de VOX o solamente implícito del PSOE. Pero ocurrirá a buen seguro. Llegados a este punto, ¿qué tareas tiene por delante el nuevo gobierno naranja-azul? Pues es larga la lista, pero aquí va una lista que creo que es irrenunciable. Lo primero que tendrá que hacer el gobierno es analizar las cuentas del Gobierno. Cuando una empresa va a realizar una OPA hostil -o compra de un paquete accionarial para controlar la misma- lo primero que hace es analizar los balances y ver la salud de dicha empresa. Trasladado del mundo empresarial al mundo política, Cs y PP le van a realizar al PSOE una OPA hostil para hacerse con el control de la empresa llamada Junta de Andalucía. Por ello hay que analizar todo el gasto público y sus niveles de eficiencia -hablamos de un Presupuesto de más de 30.000 millones de euros- y también un análisis hacia dónde se va a dirigir el gasto para ganar en efecto multiplicador. No nos olvidemos que la economía se está ralentizando y desde Loyola Economic Outlook decíamos en el pasado número de otoño, que Andalucía no crecerá más de un 2,1% de PIB. Realizada esa primera aproximación, lo segundo será impulsar el empleo. Y para ello habría que trabajar en 3 líneas: potenciación de sectores productivos, análisis e implementación de nuevas políticas de ayudas y finalmente, apoyo a la pequeña, mediana empresa y autónomos. Un análisis de las ventajas competitivas de Andalucía basándonos en los sectores donde lo somos y olvidándonos de apoyar sectores sin recorrido, se hace absolutamente imprescindible. Y como decía al principio, esto implica salir de la zona de confort y esto, lo saben muy bien las empresas y los profesionales, en el corto plazo puede ser doloroso y hasta traumático, pero al final siempre se crece.