
Los comerciantes andaluces afrontan un momento crítico lleno de frentes que se suman a la larga crisis: comercio online, top manta, comercio asiático, saturación de grandes centros comerciales...
¿Cómo se están comportando las rebajas de verano? ¿Conforme a lo previsto?
Creemos que las expectativas se van a cumplir, con previsión de un crecimiento del 3 por ciento de las ventas con respecto al pasado año. Sin embargo, lo cierto es que el impacto real de las rebajas tras el cambio de la Ley que se produjo en 2012 es bajo, ya que provoca que no haya un efecto llamada como anteriormente, y las ventas están diluidas fuera de las rebajas. De hecho, el impacto en las primeras semanas ha sido muy escaso. Necesitamos ese efecto llamada. Por ejemplo, en noviembre funcionó muy bien el black friday, que hemos exportado de EEUU, porque son unos días concretos con unas ofertas muy concretas. Pero en las rebajas de verano o en las de invierno ya no vemos más las colas que se formaban el primer día.
¿Y eso es bueno o es malo? Es decir, ¿la desestacionalización de las ventas no les compensa?
Nosotros pensamos que el sector requiere de tres o cuatro eventos de fuerte llamada que dinamicen a lo largo del año, como ocurría antes con las rebajas. En estos momentos, las navidades siguen funcionando y hemos incorporado el black friday, pero poco más. Y esa dinámica es muy importante para dar salida al stock y para mantener un efecto multiplicador de las ventas.
Más allá de estas rebajas, ¿cómo se está comportando 2016?
Pues no estamos satisfechos. Es cierto que venimos de una crisis tremenda y que la curva ya no es descendente, pero no se están cumpliendo las expectativas del año y estamos preocupados por ello. Tras un final de 2015 bueno, nos hemos encontrado con un 2016 muy flojo. No nos cabe duda de que la incertidumbre política ha vuelto a cerrar el bolsillo del consumidor este año. Ha bajado 15 puntos el nivel de confianza del consumidor y eso se traduce inmediatamente en el consumo y en las ventas. Por eso digo que no estamos satisfechos. No queremos ser alarmistas, pero no estamos creciendo lo que deberíamos ni estamos acelerando la recuperación. A nivel andaluz, nos preocupa que el último ICM (Índice de Consumo al por Menor) dejaba claro que estamos al mismo nivel que el pasado año. Y en el desempleo, en el sector comercial también ha aumentado en 5.000 personas el último año.
¿Y a qué se debe ese parón del comercio en Andalucía?
Son varios factores, pero en el caso andaluz llevamos un enorme retraso en la puesta en marcha de los programas de incentivos del Plan Integral del Comercio de la Junta. Sabemos que están ya los borradores, pero es que llevamos dos años sin ayudas, aunque nos dicen que se van a convocar después de verano. Esperemos que se noten esos estímulos en otoño.
¿Cuáles son las principales peticiones que le hacen los comerciantes a la Junta?
En primer lugar, hemos de decir que realmente no entendemos los dos años de parón en este sector que lleva la Junta precisamente en el momento crítico que vivimos. Nos aseguran que tras el verano saldrán diversos incentivos, pero lo que necesitamos no son limosnas, sino una política comercial sólida y con mayúsculas como la que requiere el momento actual. Para Andalucía es clave tener un comercio local fuerte y con cadenas andaluzas que salgan fuera de nuestra Comunidad. Y para eso necesitamos una política comercial consensuada, en la que Ceca debe ser un interlocutor preferente. En cuanto a medidas concretas, pedimos, en primer lugar, las herramientas adecuadas para potenciar los Centros Comerciales Abiertos; en segundo lugar, una mayor coordinación con los ayuntamientos para definir los usos de los PGOU y evitar centros comerciales que obedecen a especulaciones urbanísticas; en tercer lugar, un presupuesto adecuado al sector, teniendo en cuenta que más del 25 por ciento de los autónomos andaluces están en el sector comercial y que el comercio está en un momento clave que requiere de un apoyo público para ayudar a los más pequeños; y en cuatro lugar, planes de estímulo al consumo, como los planes renove de electrodomésticos a otros segmentos.
¿Cuánto supone el sector comercial en Andalucía actualmente?
Es un sector que supone un 12 por ciento aproximadamente del PIB andaluz, que mueve actualmente a casi 50.000 trabajadores, sumando empleados y autónomos, que tiene más de 120.000 comercios minoristas y que es un sector que está experimentando importantísimos cambios, desde el comercio online a una restructuración de sectores.
¿Cómo le ha afectado la crisis en estos ocho años?
Pues, curiosamente, el cambio no ha sido muy destacado, precisamente porque el pequeño comercio ha mantenido un comportamiento ejemplar con respecto al empleo. En el primer año de la crisis los grandes formatos comerciales despidieron a casi un 10 por ciento de su plantilla, mientras que los comercios no llegaron al 2 por ciento. Lo que ocurrió en estas pymes es que primero decidieron reducir los beneficios, ganar menos dinero y bajarse los sueldos, antes que despedir a nadie. Es cierto que la crisis se ha alargado mucho y en los años 2012-14 ha habido una importante destrucción de empleo. Pero si vemos las cifras globales tras 8 años de crisis, los pequeños comercios han eliminado un 6 por ciento del empleo aproximadamente, mientras que los grandes formatos han eliminado más de un 12 por ciento. Queda claro que en esos años estos pequeños comercios han sido un sector refugio que han demostrado su resiliencia. Y desde el pasado año hemos notado un aumento del empleo que se ha frenado este año. De ahí nuestra preocupación.
¿A qué retos se enfrenta en estos momentos el comercio andaluz?
Hay un tema que nos preocupa mucho. En Andalucía hay aproximadamente un millón de metros cuadrados de grandes superficies ya aprobados y paralizados desde 2007 por la crisis que se están empezando a mover. Si todo se lleva a cabo supone incrementar la superficie de venta comercial en Andalucía en un 10 por ciento, con el efecto que puede tener. Además, nos preocupa el crecimiento de los denominados category killer, grandes compañías que con precios imposibles hacen desaparecer pequeños comercios de un sector, por ejemplo, de electrodomésticos.
¿Y qué piden desde Ceca para evitar estos fenómenos?
Entendemos que en el actual marco de la UE ni queremos, ni deseamos, ni se pueden poner vallas a ningún tipo de formato comercial, pero, al igual que hacen muchos otros países, la política comercial española y la andaluza sí puede poner énfasis en el planeamiento urbanístico, evitando distorsiones y potenciando la implantación comercial en zonas urbanas consolidadas, donde reside la población, apostando por el principio de ciudad compacta. Eso se hace definiendo claramente los usos en los PGOU y evitando los abusos producidos antes de la crisis, con la aprobación de grandes formatos comerciales que iban ligados a otros intereses urbanísticos y de crecimiento de los municipios. La burbuja inmobiliaria ha hecho que haya aún muchos centros comerciales pendientes de desarrollo. Pero supongo que ya no se puede dar marcha atrás al millón de metros cuadrados aprobados, ¿no? Se trata de un movimiento que va a provocar un importante desajuste en el sector, pero evidentemente lo que está aprobado, aprobado está. Lo que sí reclamamos es la responsabilidad tanto del Gobierno andaluz como de los Ayuntamientos para que no vuelvan a ocurrir casos similares. Tenemos por toda España ejemplos de centros comerciales fantasmas que no funcionan pero se llevaron en su día por delante mucho pequeño comercio. Un ejemplo en Andalucía lo tenemos en Jerez, donde se ha producido un deterioro muy importante del comercio del centro de la ciudad a favor de unas grandes superficies que no han compensado esa pérdida de vida del municipio.
¿Se ha producido con la crisis algún cambio en los hábitos de consumo con respecto a grandes superficies?
Depende de los sectores, pero sí, han perdido cuota de mercado. Por ejemplo, en alimentación los ciudadanos han vuelto a los comercios de proximidad y el segmento que ha ganado más cuota ha sido el supermercado. Aquí sí se nota que van ganando esa idea de ciudad compacta.
¿Por qué en una Comunidad con un clima como Andalucía no terminan de funcionar los Centros Comerciales Abiertos?
Porque se han basado en incentivos que son pan para hoy y hambre para mañana. Lo que nosotros pedimos son cambios normativos, y que la Junta presione al Gobierno para la puesta en marcha de modelos de BID (Business Improvement District) o Distrito de Mejora de Negocio.
¿En qué consisten?
Son herramientas que permiten la autogestión sostenible a lo largo del tiempo, no dependiendo de subvenciones puntuales y siendo menos vulnerables a los cambios de color en los Ayuntamientos. Los BID están implantados en Reino Unido, Alemania, Holanda, Bélgica, etc. y consisten en que se implanta en una zona, en la que se hace un referéndum previamente entre las empresas afectadas, una tasa obligatoria alícuota, un pequeño recargo sobre el IBI, que permite crear una gerencia para gestionar las mejoras de esas zonas. Al tratarse de una tasa obligatoria evitamos situaciones como las que ocurren ahora, que unos comerciantes pagan voluntariamente su tasa para los Centros Comerciales Abiertos mientras otros no lo hacen y se aprovechan de ello. Esto ocurre cada año hasta con las luces de Navidad, que muchos no pagan. La experiencia de los BID está siendo magnífica en los más de 30 países que ya lo han implantado.
En verano nuestros paseos marítimos se llenan de ?top manta?. ¿Se van a rebelar los comerciantes andaluces como en Barcelona?
Nosotros lo que pedimos siempre es que haya una igualdad de condiciones, porque si nuestros comerciantes pagan todos sus impuestos, no pueden permitir que haya en su puerta un dumping de estas características, con independencia de que siempre habrá que tener una sensibilidad con las personas que están en riesgo de exclusión y a las que hay que dar otra salida que no suponga hundir al pequeño comerciante. Además, muchas de estas ventas son de productos falsificados, con lo cual hay un doble daño. Nosotros estimamos que la venta de productos falsificados a nivel nacional supone más de 3.000 millones de euros cada año y esto se traduce en que producen 4.000 cierres de pequeños comercios en España por este motivo.
Otro de los frentes abiertos es el del comercio electrónico ?online?. ¿Es un aliado o una amenaza?
Ahí lo que hay que estar es vigilante, porque detectamos muchos portales ilegales o alegales que tampoco pagan nuestros impuestos, porque tributan en determinados paraísos fiscales. Pero eso no quita para que lo primero que tenemos que hacer como sector es autocrítica y animarnos a subirnos a este carro de las nuevas tecnologías. También esperamos las nuevas órdenes de la Junta de Andalucía, porque al pequeño y mediano comerciante hay que ayudarle a dar ese salto para estar en las redes y ser mas competitivos. Es una asignatura pendiente aún en el sector comercial andaluz.
¿Cuáles son sus previsiones para 2016?
Confiamos en que haya sensatez a nivel político permitiendo que haya estabilidad y seguridad, lo que se trasladará inmediatamente al consumidor en la segunda mitad del año y nos permitirá cerrar el año de manera positiva. La deseada reactivación del consumo debería ser una realidad este año.