
La compañía de energías renovables desembarca en Oriente Medio y África
Bester, compañía andaluza de energías renovables nacida en 2010, ha decidido cambiar de modelo de negocio para adaptarse a las nuevas necesidades del sector. El reto: ser algo más que una constructora para pasar a controlar todo el proceso, desde la consecución de la licencia para realizar una planta hasta el mantenimiento de la misma. Tomaron la decisión hace un par de años, pero ahora es cuando el holding ve la luz. "Nos implicamos desde el principio en todas las fases de los proyectos: en el desarrollo, en el EPC (ingeniería, suministro y construcción), en la puesta en marcha y en la operación y mantenimiento de las infraestructuras una vez finalizadas", asegura el presidente de la empresa, Antonio Macías.
Este cambio de modelo le va a permitir crecer de manera exponencial durante los próximos años. Así, explica Macías, en la actualidad cuenta con una cartera de 770 millones de euros para ejecutar entre 2016 y 2017, "proyectos que son nuestros y que de verdad se van a hacer porque contamos con los sponsors para llevarlas a cabo". 18 de estos proyectos se sitúan en México (500 MW), tres en Chile (120 MW) y diez en Reino Unido (50 MW). El objetivo es que, para 2018, "esta sea una empresa de 500 millones de euros". En 2015, prevén una facturación de entre 120 y 130 millones, similar a la del ejercicio anterior.
Hasta prácticamente la actualidad, el negocio de Bester se ha centrado en el Viejo Continente, donde ya ha instalado 350 megavatios (MW), aunque ahora las miradas de la compañía están puestas más allá. En estos momentos, tiene filiales en Bulgaria, Francia, Sudáfrica, Reino Unido, Alemania y Medio Oriente y con sucursales en Italia y Rumanía. "De Europa hemos dado el salto este año a Oriente Medio -hemos abiertos en Dubai- y a África a través de Egipto, para cubrir ese gran país con muchas necesidades energéticas".
Las expectativas en ambos mercados para Bester y, en general para el sector, son diferentes, según Macías: mientras que en el africano cuenta ya con una cartera de 20 proyectos de 4 MW, Dubai es una apuesta de futuro a medio o largo plazo, porque "todavía pesa mucho allí la energía relacionada con el gas y el petróleo, aunque es una tendencia que va a cambiar con seguridad". Además, es una apuesta estratégica para llegar a otros países "con muchas posibilidades", como Malasia, India o Singapur.
"En África sí hay posibilidades más a corto plazo. Llevamos proyectos de fotovoltaica, biomasa y eólicos. Estamos mirando Ghana, Etiopía, Sudán o el propio Egipto", afirma el empresario.
La compañía de renovables también ha desembarcado ya en el otro lado del Atlántico. Así, Progressum, la empresa focalizada en el desarrollo dentro del holding en distintos países de Latinoamérica, tiene en desarrollo más de 600 MW, que se reparten entre 115 en Chile y cerca de 500 MW en México.
Sin necesidad de incentivos
Macías recalca que, si bien en años anteriores las empresas del sector recalaban allí donde hubiera incentivos, ahora "las renovables tienden a ir sin incentivos a trabajar a todos sitios". Las reclamaciones a los Gobiernos se centran en otros intereses. "El sector ya es autosuficiente y no necesita primas, sino la libertad de poder negociar con privados la venta de energía, como sí se puede hacer en otros sitios, como Egipto. Hoy día en España esto es imposible", aclara.
Así, asegura que si hubiera una liberalización en este sentido y pudiera venderse energía de forma directa, "en España se dispararían las instalaciones fotovoltaicas". En cualquier caso, no es muy optimista de cara a un futuro próximo. "Aquí hubo un Gobierno que benefició a las eléctricas de forma exagerada y estamos sometidos a la voluntad de las dos o tres existentes. Le debemos miles de millones y estamos en sus manos", añade el presidente de la compañía andaluza.