
Agustín González estará al mando de la principal patronal cooperativa agroalimentaria de España, la andaluza, tras el fichaje de su antecesor, Rafael Sánchez de Puerta, por Dcoop como subdirector general. Concede a elEconomista su primer entrevista a un medio de comunicación.
Asume formalmente el próximo mes de septiembre el cargo de consejero delegado de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía (la antigua Faeca). Y es en sí mismo un ejemplo de la integración y el crecimiento del sector cooperativo que predica. Las distintas secciones de la cooperativa que preside -Ovipor, en Huelva- se han integrado en otras junto a Covap o Dcoop (antigua Hojiblanca) o bien forman parte integrante de nuevos grupos, como la de ovino EA Group.
P. La actualidad manda: ¿cómo valora el nuevo decreto del ministerio que concreta los criterios para que una cooperativa logre la calificación de Entidad Asociativa Prioritaria y optar al marco de ayudas estatal?
R. Es un reto para las cooperativas en gestión, producción, calidad y dimensión, aunque ya llevamos todos moviéndonos dos años para adaptarnos. No es un decreto para fomentar la integración de un sector u otro, sino para todos. Ninguna cooperativa española está ni entre las 25 primeras de Europa, ni entre las cien primeras del mundo. La distribución tiene en sus lineales todos sus productos juntos, que cada uno de nosotros le vendemos por separado. No estaría de más que nosotros vendiéramos cada vez más productos juntos también. En cualquier caso, hay que unirse porque no hay más remedio, no porque haya subvenciones. Si no te unes, no puedes hacer I+D o internacionalizarte como deberías. Y para entrar en procesos de integración hay que tener más voluntad de querer estar, no de querer ser.
P. La distribución sigue concentrándose, con Dia comprando El Árbol como último ejemplo...
R. Yo creo que la distribución tampoco debe ser considerada como nuestro enemigo. Al revés. Deberíamos ser amigos para hacer acuerdos a largo plazo y que redundaran en un buen servicio mutuo: nuestro, hacia nuestros socios productores, y suyo hacia sus clientes finales, los consumidores. La distribución debe ir más allá del precio puntual de la oferta de la semana, eso es malo para el productor y para el consumidor. Y para hablarle de igual a igual y conseguir eso, hay que ganar tamaño.
P. También habrá ayudas de la consejería de Agricultura andaluza a las cooperativas...
R. Las herramientas clave para la agroindustria son los Planes de Desarrollo Regionales. Para el periodo 2014-2020, la Junta andaluza va a gestionar 2.000 millones de la UE. El decreto del Gobierno central contará con unos 250 millones de fondos europeos, más otros fondos de su propio presupuesto. Además, las ayudas de las autonomías llegan a las cooperativas de base y los productores, donde no llega el Estado por el reparto de competencias.
P. ¿Qué retos se planteará desde septiembre, cuando asuma formalmente el cargo?
R. Mejorar los costes de todos los suministros que precisan las cooperativas, mantener los principios democráticos que nos inspiran desde el siglo XIX y conseguir trasladar mejor la importancia de nuestro sector. El que más chilla, como los sindicatos agrarios, no lleva más razón. Nosotros gestionamos más solicitudes de ayudas PAC que ningún otro agente en Andalucía, casi tres veces lo que gestiona el segundo, lo que demuestra la confianza de los productores en nuestra labor. Además, defendemos a todos los sectores, desde el corcho a la apicultura. Y tenemos, sólo en empleo directo, en torno a 50.000 trabajadores.
P. Le he escuchado decir que quizá sea el sector ovino el que primero genere una cooperativa que cumpla los requisitos para ser una Entidad Asociativa Prioritaria...
R. No sé si la primera, pero seguro que una de las primeras. Este sector lleva integrándose desde la década de los '80. Pero ningún grupo llega a los cien millones de facturación, como exige el real decreto. Nosotros, como EA Gruop ,tras la unión de Cordesur y la extremeña Oviso, estamos en torno a 60 millones. Quizá lo alcancemos si culminamos nuestra unión con un grupo cooperativo de Aragón. Ya tenemos con ellos una alianza empresarial a través de Ovispain para exportar.
P. ¿Cómo valora que Dcoop no haya podido cumplir su objetivo de reforzarse en el capital de Deoleo y lo vaya a abandonar?
R. Desde el punto de vista empresarial, la decisión es respetable. En las empresas, manda el dinero. Para Dcoop es una pena porque el aceite español hubiera ganado presencia en el mundo. Pienso también que, desde el punto de vista político y financiero, se podría haber hecho más para que la reconfiguración accionarial de Deoleo hubiera sido diferente. Más aún con una oferta de Dcoop que igualaba la del fondo de capital riesgo. Pero ahora lo que pasará es que Dcoop buscará por otras vías conseguir el mismo proyecto que planeó construir en el aceite con Deoleo. Y en tres años, o incluso menos, estará facturando incluso más que Deoleo.