Salud, turismo o agroalimentación no son sectores prioritarios en la nueva estrategia industrial europea hasta 2020. Todo un desafío para Andalucía.
Con el punto de mira en el año 2020, la Comisión Europea ha fijado 6 líneas prioritarias de actuación en las que se concentrarán todos los esfuerzos e inversiones de su política industrial: producción limpia, tecnologías facilitadoras, bioproductos, construcción y materias primas sostenibles, vehículos y buques limpios y redes inteligentes. Sin embargo, salud, turismo y agroalimentación son sectores prioritarios para la economía andaluza que no son considerados objeto de la política industrial por Bruselas y que habría que incorporar de alguna manera a este reto industrial. Esto obliga a Andalucía a establecer estrategias de colaboración intersectorial que permitan posicionar a estos sectores, tan importantes para la región, como el objeto usuario y validador de tecnologías y, por tanto, actor clave en la toma de decisiones de futuras inversiones industriales.
La agroindustria es objeto de otra política europea concreta, la PAC, y los sectores salud y turismo no son considerados como sectores industriales sino como consumidores finales de otros sectores industriales. No obstante, el reto para Andalucía es, además de competir en las tecnologías consideradas prioritarias por Europa, establecer una estrategia paralela para estos sectores, dada su importancia en el PIB y el empleo andaluz, intentando integrar proyectos y empresas de las áreas agroalimentaria, turística y de salud en algunas de las seis líneas prioritarias en materia industrial señaladas por Bruselas.
El informe "Andalucía ante los retos de la política industrial europea 2020", elaborado por CTA, destaca, entre sus principales conclusiones, que las líneas prioritarias europeas en las que Andalucía tiene mayor potencial son el mercado de bioproductos y las redes inteligentes, mientras que la construcción sostenible y el transporte limpio pueden ser sectores de oportunidad, y, por último, las tecnologías limpias y tecnologías facilitadoras son las áreas en las que la región tiene una posición menos competitiva, por lo que habría que estudiar fórmulas para dotarla de las capacidades necesarias.
Habría que matizar que cada una de estas grandes líneas fijadas por la CE son áreas muy amplias que abarcan diferentes disciplinas técnico-científicas y, en algunas de ellas, la posición relativa de Andalucía sí puede ser competitiva pese a que en el conjunto de la línea no lo sea. Por ejemplo, sucede así en la segunda línea prioritaria marcada por la Comisión (Mercados para las Tecnologías Facilitadoras Esenciales), en las que Andalucía presenta una posición competitiva baja y, sin embargo, tiene un posicionamiento medio-alto en biotecnología industrial.
Corresponde ahora tomar las decisiones políticas y empresariales oportunas en materia industrial para aprovechar este marco de oportunidades a partir de las capacidades andaluzas en las áreas prioritarias fijadas por Europa y, al mismo tiempo, incorporar a esta estrategia industrial a sus sectores tradicionales.