Hoy nadie discute que las TIC son un factor de aumento de la competitividad. Sin embargo, pocas veces se analiza su impacto directo en la generación de empresas y empleos.
Al hablar de los elementos que favorecen el emprendimiento, habitualmente se mencionan aspectos como el nivel educativo, el acceso a capital público o privado, la fiscalidad, la burocracia, etc. Si bien estos aspectos son claramente relevantes, cada vez cobra más fuerza una corriente de pensamiento que considera que el ciclo del emprendimiento se inicia en la necesidad del mercado, que, unida a la creatividad, da lugar a la innovación y esta a su ve al emprendimiento.
En este sentido, es innegable el papel fundamental de las TIC como elemento de transformación del mercado y herramienta para favorecer el proceso creativo, sustentar la innovación e incluso ser la base de muchas iniciativas emprendedoras en nuestro país.
Centrándonos en el impacto en el emprendimiento, las TIC tienen una serie de características que hacen que su impacto sea mayor que otras disciplinas tecnológicas: las TIC han cambiado la forma de trabajar de las empresas, proporcionando un mayor nivel de información y favoreciendo la toma de decisiones, lo que ha hecho aflorar necesidades cada vez más complejas y específicas no cubiertas hasta ahora; a nivel educativo, ha cambiado la forma y las disciplinas en las que formarnos, dando lugar a nuevos yacimientos de empleo; la creación de empresas y servicios TIC requiere de una menor necesidad de capital e inversiones, en comparación con otros sectores, permitiendo la aparición de nuevas empresas y que emprendedores y pymes puedan competir incluso con grandes empresas; y, por último, es un área en la que existe una mayor relación Universidad-Empresa, lo que facilita procesos de transferencia que también generan nuevas empresas.
Adicionalmente, para cualquier emprendedor las TIC suponen posiblemente el medio más económico y efectivo para difundir nuevas empresas y servicios. En la coyuntura actual, en la que la iniciativa emprendedora se perfila como una de las vías más necesarias para reactivar el crecimiento y el empleo, es evidente el valor estratégico de las TIC como vector de emprendimiento.