
Un informe elaborado internamente, pero cuya autoría no ha trascendido y se ha atribuido erróneamente a la Comisión de Control de la entidad extremeña, tumba todos los argumentos con los que el Gobierno extremeño forzó la ruptura del SIP con Rural del Sur para fusionarla con Rural de Almendralejo (Solventia).
El Banco de España ha acogido una reunión con los máximos representantes de la Rural de Extremadura para tratar de aclarar el futuro de esta entidad, totalmente enmarañado desde la irrupción del presidente extremeños, José Antonio Monago (PP), en su trayectoria. El dirigente, con el apoyo de IU, forzó hace unos meses la ruptura de la unión con Rural del Sur y Rural de Córdoba para crear una entidad netamente extremeña mediante su unión a Caja Rural de Almendralejo (a su vez creadora del grupo Solventia junto a otras pequeñas rurales andaluzas). Ahora, el citado, y durísimo informe, rechaza todos los argumentos a favor de la fusión y apuesta por que la entidad siga su andadura en solitario.
Además, el documento señala que Rural de Almendralejo y el resto de pequeñas cajas andaluzas que forman Solventia (Utrera, Banea, Cañete de las Torres, Adamuz y Nueva Carteya) han solicitado su baja del Grupo Cooperativo Rural. La Rural de Extremadura, en caso de culminarse su absorción por Solventia, dejaría también de pertenecer a este grupo, lo que supondrá "dejar de recibir los servicios de todas las empresas del Grupo Caja Rural: Banco Cooperativo Español, Rural Servicios Informáticos y Seguros RGA." "¿Quién proporcionará liquidez a la nueva caja si tiene una necesidad inesperada? ¿Y quién le prestará servicios de banca mayorista, a los que dado su tamaño no tiene acceso?", se pregunta el documento, que añade que también dejará de tener acceso al fondo de solidaridad que tienen constituido el conjunto de rurales.
"Todo parece apuntar a que tendrá que recibir los servicios de alguna otra entidad, probablemente Cajamar", apunta el informe, que estima que, en ese caso, sí que en último término se trasladaría el centro de decisión fuera de Extremadura. Sería paradójico además que, tras utilizar Monago el argumento populista de que la fusión con Rural del Sur debía de romperse para acabar con el "colonialismo andaluz en Extremadura", la entidad surgida de esa intromisión política acabara en manos de otra caja andaluza, Cajamar. Esta es a su vez la primera rural y primera cooperativa de crédito de España y, desde final de 2012, cambió su denominación jurídica por la de Cajas Rurales Unidas tras integrar a la quebrada Ruralcaja de Valencia. Cajamar, en cualquier caso, pugna también por poder digerir esa fusión, que le ha generado abultadas pérdidas en 2012.
Tamaño y ratios
El análisis, que fue puesto en conocimiento del consejo rector de la entidad y luego circuló por la plantilla, destaca también que la entidad más pequeña -Solventia- absorbe a la más grande y tendrá la mayoría en el futuro consejo de administración con 5 representantes, por tres de la rural extremeña. Solventia tiene 52 oficinas y 154 empleados, por 108 y 209, respectivamente, de su posible socio-. En 32 municipios extremeños ambas entidades tienen ahora mismo oficinas, lo que genera amplias duplicidades. El coste medio por empleado es de 60.000 euros en Rural de Extremadura, por 44.000 en Rural de Almendralejo. Todo ello hace a los autores temer un fuerte impacto en el empleo y la red de la Rural de Extremadura como consecuencia de esa unión.
Por último, el documento apuesta por la continuidad en solitario de la rural extremeña dentro del Grupo Caja Rural, ya que tras la ruptura del SIP su capital principal es del 9,3 por ciento. "Para llegar a un nivel similar al que tenía antes de la fusión, cercano al 11 por ciento, sería necesaria una ampliación de capital de entre 15 y 17 millones. Esta ampliación podría ser cubierta, previa petición, con el fondo de solidaridad del Grupo Caja Rural o, dado lo reducido del importe, por dos o tres cajas a nivel individual. Se ha tenido noticias, por manifestaciones públicas de los responsables de la entidad, de que varias entidades del grupo caja rural han manifestado al presidente de Rural de Extremadura a suministrar los fondos que fueran necesarios, por lo que la cuestión no sería un obstáculo para mantener la independencia", concluye.
El visto bueno al protocolo de la fusión entre Rural de Extremadura y Solventia, que el consejo de la primera debe de votar este mes, está ahora en el aire ante la oposición de algunos miembros del consejo. El informe acrecentará esta contestación interna contra los planes del Gobierno extremeño y del presidente de la rural cuya elección forzó también en marzo pasado: Román Prieto.