Andalucía

Andalucía financia la igualdad en Mali o el cine cubano... y es récord de paro y pobreza

José Antonio Griñán. Imagen: Archivo

El gasto en cooperación al desarrollo de la Junta de Andalucía, que entre 2008 y 2012 -ambos incluidos-ascendió a 405 millones, 81millones al año de media, según datos de ejecución presupuestaria aportados por el propio Gobierno, está en la picota.

En una comunidad que cuenta con 2,66 millones de pobres, el 31,7 % de la población (diez puntos más que la media nacional), según el último informe de Cáritas con datos del INE referidos a 2011; que a final del primer trimestre de este año tenía una tasa de paro del 36,87 % -con Cádiz, Huelva y Jaén superando el 40-, la segunda más alta después del 38,4 de Ceuta; y que está teniendo que aprobar decretos contra la exclusión social o asegurar tres comidas al día en colegios públicos para miles de niños cuyas familias atraviesan graves dificultades, muchos se preguntan cómo compaginar la ayuda a los necesitados dentro y fuera de su territorio.

Un listado parcial de los proyectos de cooperación al desarrollo financiados por la Junta de Andalucía desde 2008 hasta final de 2012 -que recoge iniciativas que suman 97 millones de los 405 gastados muestra que los criterios para la elección de los mismos van mucho más allá de la mejora de la salud, la educación y la lucha contra la pobreza (incluida la derivada de catástrofes naturales). 

Son los criterios básicos que el PP andaluz, que es quien ha solicitado ese listado de proyectos pero que sigue pidiendo más información, entre ella las facturas justificativas de cómo se han gastado esos fondos, defiende que guíen el uso de estas partidas presupuestarias a futuro para adaptarse a la crisis. Griñán destina una parte de su sueldo al PSOE.

Lejos de esos vectores están los 1,45 millones destinados a apoyar la estrategia nacional de igualdad entre hombres y mujeres en Mali, incluyendo el empoderamiento de mujeres; el millón de euros entregado para restaurar y digitalizar parte del patrimonio fílmico de Cuba; o los 1,15 millones para formación para el empleo a jóvenes de Nicaragua para que inicien negocios en nichos como la ebanistería o el uso del bambú. Son sólo tres ejemplos sobre un listado de proyectos que, como mínimo, llaman la atención.

Diego Valderas, vicepresidente de la Junta por IU que gestiona las competencias en cooperación,  afirmó recientemente en el Parlamento sentirse muy orgulloso de la estrategia que sigue la Junta en los 23
países a los que apoya y avanzó que seguirá por el mismo camino. Bien es cierto que el presupuesto de la
Agencia Andaluza de Cooperación se ha reducido este año hasta 44 millones. Pero aún así es, después de la AECID estatal, la administración que destina a través de ONGs más cantidad de fondos para cooperación,
ya que 30 de esos 44 millones se canalizan a través de esos entes, explican desde la coordinadora andaluza de ONG.

Discrecionalidad

Alberto Fernández, diputado del PP andaluz, considera que hay que seguir haciendo cooperación, pero circunscribiéndose a una tipología de proyectos que no chirríe con la situación actual. Y recuerda, por ejemplo, que el decreto ley contra la exclusión en Andalucía entresaca una partida de dinero nuevo de 76 millones, sobre los 120 millones totales. Menos de lo que, de media, se destinó en 2012 a ayuda exterior.

Fernández también critica la -total arbitrariedad y discrecionalidad- con la que se distribuye parte de ese dinero para cooperación entre entes de formación de la propia Junta o empresas públicas autonómicas.

Y recuerda que los citados 405 millones efectivamente ejecutados son en torno al 70 por ciento de lo presupuestado, que ascendería así a unos 580 millones entre 2008 y 2012. Es decir, 115 millones al año de promedio.

Actuar dentro y fuera

Por su parte, José María Ruibérriz, presidente de la Coordinadora Andaluza de ONG para el Desarrollo, señala dónde debe descansar a su juicio la nueva orientación de la cooperación. "Hay que luchar contra las desigualdades aquí y fuera. No creemos que haya que circunscribir esta tarea a algo meramente asistencial, sino que la cobertura de las necesidades básicas se debe compaginar con la aportación de valor añadido".

Los ejes de la cooperación deben ser, en su opinión: un debate riguroso y en el Parlamento; una consideración de la dimensión estratégica de la cooperación para quien la promueve; y la adopción de nuevos criterios de cara al nuevo plan andaluz de cooperación que debe sustituir al 2008-2011, ya caducado y que se ha prorrogado a falta de iniciar el diálogo sobre el plan 2013-2016.

Preguntado por su opinión sobre alguno de los proyectos más 'llamativos' del listado facilitado al PP por el propio Gobierno andaluz, por ejemplo los 615.000 euros destinados a "fortalecer la gestión local mediante la formación de los recursos humanos del ayuntamiento" en el municipio hondureño de Intibucá, Ruibérriz replica: "No se profundiza en los proyectos, se hace un debate nominalista. Hay superficialidad y un uso demagógico de esos listados".

Sus criterios, a diferencia de los ejes básicos que defiende el PP -educación, salud y lucha contra la pobreza, incluyendo la producida por catástrofes naturales-, incluyen un concepto más amplio de la expresión 'necesidades básicas'. "Aquí se incluye también el abastecimiento de agua, el saneamiento o la vivienda".

En el primer caso, el del abastecimiento, sobresale en el listado de proyectos de la Junta los 1,6 millones destinados a la construcción de un acueducto en Cuba para mejorar el abastecimiento en el municipio de Jagüey Grande. Sin embargo, zonas de Huelva o la propia ciudad de Sevilla tienen aún ingentes necesidades de inversión en su red de abastecimiento. Y ello sin entrar en el detalle de la no ejecución de trescientas obras en depuración y saneamiento, para lo que se creó en 2010 un impuesto propio que recauda 100 millones al año, lo que incumple directivas de la UE.

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