
La compañía sufrió, en el año que entró en liquidación, los terceros números rojos más abultados de los 18 años en los que ha estado gestionada por la Junta -tras los registrados en 2008, 56 millones, y 2010, otros 58,4-.
El último ejercicio de vida de Santana Motor -y sus dos filiales civil y militar-, que abarcó su actividad sólo entre enero y abril de 2011 cuando entró en liquidación, ha sido el tercero más reuinoso para las arcas públicas andaluzas desde que la Junta de Andalucía asumió el control de la empresa en 1994. Según recoge el presupuesto consolidado de la agencia Idea publicado hoy en el Boja, la firma automovilística perdió 42,3 millones (menos que la previsión inicial de 58,2 millones, en cualquier caso). Tras los 56 millones en negativo de 2008 y los 58,4 de 2010, el registro de 2011 iguala al tercero peor, los 42 millones de 2000.
En total, en los 18 años en los que la empresa ha pertencido al Gobierno andaluz, las pérdidas han sumado 330 millones. Sólo hubo resultados positivos en 1996, 1997 y 1998.
La agencia explica que el cese de la actividad en abril provocó el desplome de las ventas, desde los 18,8 previstos hasta 8,2 millones, un 56 por ciento menos. También el resto de ingresos de explotación se quedaron en menos de una cuarta parte de los estimados por esta circunstancia, sumando 5,3 millones. El consecuente descenso de los gastos de aprovisionamiento en casi otro 80 por ciento, hasta 5,1 millones, y los de explotación en otro 56 por ciento, hasta 14,7 millones, no fueron suficientes para evitar esta sangría histórica de dinero público.
En total, cuando se anunció el cierre de Santana Motor, el PP andaluz calculó que el coste total de dinero público andaluz en el mantenimiento de la actividad de la empresa esos 18 años superaba los 600 millones. A los que se añaden los 42 millones de pérdidas de 2011 y los gastos derivados del proceso de liquidación de la empresa, aún en curso.