La CNC se ha estudiado el anteproyecto del ministerio. Pero hay aspectos más que discutibles en su análisis del mismo.
Hay que reconocerle a la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) que se lo ha currado, ya que es obvio que han estudiado a fondo el anteproyecto de ley de la cadena alimentaria del Ministerio de Agricultura y que han resaltado sus puntos débiles, tal vez incluso con un poco de ensañamiento, pero también armados con dos poderosos argumentos: la eficiencia económica y el bienestar del consumidor.
El ministerio ha optado por un régimen mixto en el que convive la normativa estatal con el autocontrol mediante códigos de buenas prácticas (CBP). En este sentido la Ley podría reseñar la dirección en la que debieran ir los mínimos del CBP, si esa es finalmente la opción elegida (y por la que parece apostar la propia CNC), o limitarse a enumerar las obligaciones de los agentes.
Pero también hay cuestiones mucho más discutibles. Para empezar se explica que, dado que se espera una regulación comunitaria al respecto, puede resultar caro para los agentes y para la propia Administración la creación de una normativa que podría verse modificada a corto plazo o, incluso, contradicha. No le faltaría razón a la CNC si no estuviéramos hablando de la UE, una maquinaria perfectamente engrasada para eternizar el proceso de creación legislativa. Pero es necesario actuar a corto plazo y, además, supongo que el Ministerio habrá incorporado la mayor parte de las cuestiones que se estén tratando en Bruselas para evitar modificaciones sustanciales en el futuro.
Asimismo, se argumenta que muchos de los comportamientos que se regulan en el anteproyecto ya están contemplados en otras normativas y que el problema es que, o no se aplican o no se inician los procesos de denuncia. La verdad es que existe una amplia regulación de la competencia. Pero también resulta evidente que no está funcionando. Tal vez sea porque el sistema no es eficiente desde el punto de vista de la distribución adecuada de los beneficios y de las responsabilidades, o porque existan problemas de excesiva tensión en algunas de las partes de la propia cadena. O tal vez sea que eso de que en España se esté vendiendo el litro de leche por debajo del coste es una leyenda urbana...
En cualquier caso está claro que la CNC no estará conforme con algo más allá que un marco general y la posibilidad de suscribir un CBP (y no 17). Es decir, en la práctica, el poder coercitivo de la ley va a quedar, si nada lo remedia, en agua de borrajas.