
La compañía familiar malagueña ya trabaja en seis países y busca más oportunidades en América y Europa. Su objetivo prioritario, pese a este despliegue, es seguir creciendo en España tras su 'expulsión' de Andalucía a partir de 2004.
La Junta de Andalucía tiene múltiples y variadas fórmulas para apoyar e impulsar la internacionalización empresarial. La más usuales son a través de la empresa pública Extenda. Pero también ha utilizado fórmulas muchos menos ortodoxas como nacionalizar un sector boyante, como el de las ITV en Andalucía, para controlarlo de manera ineficiente a través de otra empresa pública -Veiasa, hoy monopolio- que obliga a los privados que gestionaban las estaciones a salir al exterior para sobrevivir.
Y así, empujados obligatoriamente al exterior por la arbitraria decisión de un gobierno, la compañía familiar malagueña Ivesur se ha convertido hoy en un pequeño gigante del sector de las ITV fuera de España -aunque también dentro de nuestro país, en aquellas autonomías que tienen liberalizada esta actividad como exige la Unión Europea como Madrid, Canarias o Melilla-.
Despliegue
La firma, según desglosa Jesús Vargas, director de Operaciones de Ivesur, tiene cinco estaciones en Colombia y suelo para una sexta; otras tres en Panamá; otra en Paraguay y una segunda en estudio; un tercio del capital de la brasileña Transtec, con cuatro estaciones en el país y licitando en un concurso en uno de los estados brasileños; otro tercio del capital de la empresa de gestión de ITV en Perú; y, por último, otras dos estaciones en República Checa y terrenos para una tercera.
"Nuestra prioridad en la estrategia de crecimiento es, primero, en España; segundo, en centro y Sudamérica, en concreto Costa Rica y Ecuador a corto plazo; y, tercero, en Europa. Hay que tener en cuenta que en 2003, cuando teníamos únicamente siete estaciones operativas en Andalucía, facturábamos más que ahora con todos nuestro despliegue", explica el directivo.
De hecho, la compañía fundada en Málaga hace 27 años alcanzó su pico de ingresos en 20 millones de euros, nivel al que no ha llegado aún, pues en el ejercicio actual prevé alcanzar los 12 millones en la previsión más optimista. Para zafarse de la reversión de la concesiones de ITV privadas decretada por el Gobierno de Manuel Chaves en 2003, Ivesur ha destinado 33 millones de euros desde ese año hasta la actualidad para internacionalizar. "Todo lo hemos hecho con fondos propios excepto un crédito del ICO que ya está pagado también", detalla Vargas. El resultado de todo ello, además, es que el 90 por ciento de sus 200 empleados de plantilla media anual se ubican ya fuera de España.
Reestructuración societaria
Ivesur, controlada al 100 por cien por la familia Espinosa, no descarta además estudiar opciones para dar entrada a otros socios en filiales existentes o en nuevas filiales a constituir para poder abordar conjuntamente oportunidades de crecimiento. Ya ocurrió con Sufi, filial de Sacyr, con la que en 2007 ya se exploraron oportunidades para crecer en Madrid, aunque la estación que iban a levantar juntos está parada por motivos burocráticos.
En este mismo plano societario, Ivesur está inmersa en una reordenación de su mapa de sociedades para simplificarlo y ahorrar costes asociados a las exigencias jurídicas del mantenimiento de más de una decena de empresas que cuelgan de la matriz Ivesur. Con la previsión de concluirla en 2013, de Ivesur colgarán en ese momento sólo dos filiales: la de ingeniería y servicios, dedicada a diseñar, equipar y mantener las ITV, y la de las ITV propias que controle la compañía. Otro paso para seguir creciendo.